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Alex Lima

Kloaka: Treinta años después

Kloaka: Antología poética
Recopilación y edición por Zachary de los Dolores y Amargord Ediciones.

 

Se podría afirmar que el Movimiento Kloaka (1982-1984) marcó un antes y un después en la lírica peruana de finales de siglo pero tal aserto nos estancaría en el mismo charco del lenguaje excluyente que despreciaban los poetas de este colectivo.  Más que un movimiento se trató en realidad de un modus vivendi, una postura enérgica y explosiva de «reivindicar la vida y la posibilidad de felicidad frente a la muerte»,[1] ya a través de la palabra, ya a través de la música chicha-rock y los alucinógenos.  No obstante, tal postura no devenía de una veta existencialista, menos aún de una actitud escapista, sino de la necesidad de enfrentarse a una realidad palpable de «sufrimiento» y “dolor”— dolor infringido por la violencia de la guerra sucia y la desesperanza causada por una crisis inflacionaria exacerbada por la corrupción institucional—.

Ante esta realidad asfixiante de «cloaca infernal y desesperante», un grupo de jóvenes poetas encabezados por Róger Santiváñez y Mariela Dreyfus empezaron a configurar propuestas estéticas para contrarrestar la arremetida visceral del recién estrenado régimen democrático.

Tanto  los estudios antológicos como los testimonios de varios miembros coinciden que el grupo estuvo conformado inicialmente, además de Santiváñez y Dreyfus, por el narrador Edián Novoa, los poetas José Alberto Velarde, Guillermo Gutiérrez, Domingo de Ramos, Mary Soto, Julio Heredia, y el pintor Enrique Polanco.  A este contingente nuclear se sumaron Dalmacia Ruiz Rosas, José Antonio Mazzotti, Rafael Dávila Franco, Rodrigo Quijano, Frido Martin, Bruno Mendizábal y el pintor Fernando Bryce, en lo que se denominó la «onda expansiva» Kloaka. Esta propuesta artística partió de una cloaquización consciente del lenguaje y la experiencia poética, es decir, de la deformación de uno de los géneros más elitistas que existen, hallando lo sublime en lo escatológico, lo extraño, lo despreciable. A diferencia de otras propuestas efímeras que han terminado convirtiéndose en modas pasajeras, el ímpetu del MK se ha mantenido latente en el imaginario colectivo de generaciones posteriores.

A pesar de haberse disuelto en 1984, los ataques difamatorios contra el MK prosiguieron a lo largo de la década por parte de un sector de la prensa limeña que incluso llegó a insinuar vínculos, de algunos de los poetas, con los movimientos armados Sendero Luminoso y el MRTA.  Por este motivo, resultaba sensata la decisión editorial de tres miembros del MK (Santiváñez, Dávila Franco y Mazzotti) de presentar el compendio titulado La última cena (Asaltoalcielo, 1987), no como lo que bien pudo haber sido una primera antología Kloaka[2] sino como una muestra de lo más representativo de las tendencias poéticas de la década que abarcaba desde “la actitud anárquica” hasta la “onda retro”.  En el prólogo a El bosque de los huesos. Antología de la nueva poesía peruana 1963-1993 (El Tucán de Virginia,1995), Mazzotti y Zapata aclaran que La última cena no se propuso en ningún momento presentar una ‘generación del 80’…[sino cumplir] una función orientadora que algunos de los poetas no incluidos y determinados periodistas parecen no haber comprendido en su plena dimensión”(50-52). No obstante, más allá de cualquier polémica, la proto-antología La última cena queda como testimonio inmediato de un colectivo cuya multiplicidad de voces ya confirmaba que no se trataba de un movimiento monolítico sino de un semillero del que desprendieron diversas líneas de fuga que informarían las tendencias poéticas de décadas posteriores.

En el estudio preliminar a la antología Kloaka. 20 años después. MK (19821984): Cultura juvenil urbana de la postmodernidad periférica (Ojo de agua, 2002), Juan Zevallos Aguilar recalca que tanto el cambio de política cultural por parte del gobierno aprista de Alan García (abaratamiento del papel y difusión de literaturas menos tradicionales) como la postura crítica de los poetas frente a la violencia ubicua de los movimientos subversivos, permitió la publicación de La última cena así como de poemarios de algunos de los  miembros y aliados del MK (31).  Sin embargo, veinte años tuvieron que pasar para disponer de un estudio recopilatorio respaldado con la inclusión de crónicas, manifiestos, entrevistas, fotografías y reproducciones de afiches que documentan lo que fue el inicio, el desarrollo y la culminación del MK.  En este sentido, la antología Kloaka. 20 años después representó un primer intento de recuperar el archivo kloaquense, no sólo a través de la brevísima muestra poética de once de los miembros y aliados del MK (muchos de los cuales ya se encontraban en el extranjero), sino también de elementos visuales y testimoniales que en su conjunto conforman una suerte de hoja de ruta de lo que fue el MK.  Este compendio representó además un reconocimiento de la obra poética del MK desde la academia, tal como lo señalara Enrique Rosas Paravicino en su reseña del libro en mención,«un estudio crítico solvente como sí lo tuviera Hora Zero» (RCLL 2003).

Con más tierra de por medio y con la documentación añadida que sólo otorga el paso del tiempo, Zachary de los Dolores ha contribuido a expandir el corpus crítico y literario del MK con su compendio titulado Kloaka: Antología poética (Amargord, 2014).  Además del archivo lírico-testimonial recuperado hace un poco más de una década por Zevallos Aguilar, esta antología incluye también entrevistas, testimonios y pronunciamientos más recientes entre los que resalta «Petroperú, Kloaka & 2 políticos de derecha en TV» (2012), redactado por Róger Santiváñez como respuesta al ensañamiento mediático de ciertos sectores de la prensa limeña que conllevó a que Petroperú  retirara el auspicio de varios eventos culturales con motivo de los 30 años de Kloaka.  Los nuevos documentos incluidos en esta edición ilustran la actualidad del MK y sus repercusiones, tanto en la producción lírica actual de varios de sus integrantes así como en el renovado interés de la crítica por la producción y vigencia de esta vanguardia literaria.

A diferencia de sus predecesores, De los Dolores cuenta con dos ventajas sustanciales que le han permitido juntar el corpus más completo de estudios, documentos y producción lírica hasta ahora compilada.  En primer lugar, cuenta con la colaboración de un total de trece poetas (entre miembros y aliados del MK) quienes además de facilitar una selección exquisita de su trayectoria poética, estuvieron también dispuestos a contestar dos preguntas claves que funcionan como introducción a la obra de cada poeta: «¿Qué es o qué fue Kloaka?» y «¿qué es la poesía?»  A pesar de que muchas de las respuestas coinciden, en particular las concernientes a la gestación, desarrollo y culminación del movimiento, la distancia temporal ha tenido un efecto de dosificación del lenguaje voraz, característico de las etapas iniciales, así como una visión menos idealizante de lo que fue la experiencia Kloaka.   Una segunda ventaja con la que cuenta el compilador deriva del interés generado por la generación Kloaka en los últimos tiempos, desde la publicación de un sinnúmero de dossiers en revistas literarias hasta frecuentes mesas redondas, congresos y monografías que han consolidado el sitial del MK entre las vanguardias poéticas más influyentes de Latinoamérica.

A diferencia de las brevísimas compilaciones anteriores, la de Kloaka. Antología poética recoge una acertada selección de poemas que permite vislumbrar los inicios y el desarrollo de la obra poética de cada uno de los trece autores—selección que abarca tres décadas—.[3]  De esta manera, se puede contrastar el espíritu contestatario del primer Róger Santiváñez en «Obreros guerrilla es tu camino» (1983) con la transparencia fragmentaria del lenguaje utilizado en «Modificación de las nubes» (inédito):

Siguen las ondas oscilantes como esposa

Posada en el umbral de la tormenta tro

Pical andina sílabas sibilantes si acaso

A este estilo neobarroco que fluye entre retruécanos y dislocaciones sin coyunturas, también se suscriben algunos versos recientes de José Antonio Mazzotti:

La calavera rediviva de tejidos húmedos sus huesos

envueltos de carne en/carnada a la disposición de los

colmillos de la selva que anochece en el descenso

Este fragmento de «En-agua / una isla en el pacífico» (inédito) dista de la relectura y actualización de los clásicos, característica de su producción temprana como «Fábula de P. y G.» (1981).  De igual manera, podemos observar cómo la estética minimalista del poema «Vértigo» (2013), del más reciente José Alberto Velarde, se sitúa a años luz de la veta comprometida de «Mi poema» (1983):

eres educado en una vertiente intelectual

y te ves incapacitado de tratar

de tú a tú pueblo llano

En lo que respecta a la producción lírica escrita por las poetas del grupo, la crítica se ha limitado por lo general a resaltar la representación subversiva del cuerpo femenino desde el lenguaje poético.  No obstante, la temprana producción de Mariela Dreyfus y Mary Soto ya desvelan bien logrados intentos de incorporar elementos de la estética postmoderna, tales como el simulacro y el pastiche.   En el poema «Cuadro» (1984) de Dreyfus, la silueta corporal se desdobla frente al espejo y se esfuma posteriormente a la par del contorno del humo del cigarrillo:

Así, como en los desnudos de almanaque

la misma posición apasionada

soy un remedo de película moderna, hasta podría

hasta podría desnudarme en un teatro

— que salga ya, lo que llevo aquí dentro—.

Este temprano poema de Dreyfus nos remite al carácter paródico del MK, parodia de lo que significaba ser “intelectual”de vanguardia al margen de los medios oficiales de producción y en medio de la crisis y la guerra sucia.  Aunque no se trataba de una parodia en el sentido satírico-burlesco de nuestra tradición barroca sino parodia jamesoniana, sin otra finalidad que presenciar la reproducción mecánica del yo poético, el desdoblamiento infinito del yo/otro que se reconoce  por instantes a sí mismo frente a proyecciones de iconos de consumo masivo.

Si acusamos que a la lectura poética se aunaban elementos teatrales, conciertos de música chicha-rock, así como exposiciones de arte, la puesta en escena de los recitales amerita de un estudio impostergable desde los Performance Studies. Por ahora, esta valiosa recopilación Kloaka se sitúa como punto de partida para cualquier estudio del MK así como para entender mejor la poesía latinoamericana actual.

[1] Estas citas provienen del Manifiesto Kloaka de 1983, reproducido en esta antología.

[2]  Llama bastante la atención que a pesar de que ocho de los doce poetas antologados (Velarde, Santiváñez, Ruiz Rosas, Heredia, Dávila-Franco, Ramos, Mazzotti, y Quijano) pertenecían al MK,  no se concibió abiertamente como una antología del grupo en cuestión.

[3] La antología también incluye poemas inéditos de varios de los autores, así como reproducciones a color de conocidos cuadros de Enrique Polanco así como dibujos de Fernando Bryce.

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