“Estamos a la espera. Este país siempre está esperando. Otros vuelven a la normalidad y nosotros nos quedamos atrás. Como siempre. Estancados. No me había sentido tan prisionera e impotente. Ahora, me dedico a inspirarme mientras miro por la ventana, a motivarme a través de las voces y las letras en mi teléfono.
Me seduce la idea de imaginar las vidas de la gente. Crearme una película mientras el viento recorre mi cara tras la ventana de la imaginación. Extraño salir de casa y dejar mis huellas por el camino. Supongo que algunas calles están plasmadas por completo de mi esencia. Extraño ir al cine. Ir a la librería, permitir que un libro me elija. Ir a casa de mis amigos, compartir un cigarro, beber cerveza del mismo vaso. Poner la música que me gusta desde el asiento de copiloto. Anhelo la calidez de un abrazo y la risa de mi gente.
Añoro los caminos largos, encontrarle formas a las nubes, comprarme un café, caminar de la mano por la ciudad, andar tediosamente por un camino para llegar a sentir un beso tibio, percibir el olor de un cuerpo; extraño sonreírle furtivamente al futuro, aunque no sepa cómo o cuándo va a llegar.”
Texto de Gabriela Alva
