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ViceVersa Mag

¡Felices Fiestas!

¡Llegamos a la segunda Navidad de ViceVersa! Parece increíble pero aquí estamos. En este invierno que parece primavera, mientras Nueva York es un jolgorio de luces, las familias se reencuentran y el inevitable corre corre por los regalos imprime un aire de fiesta y de misterio a nuestros paseos, analizamos lo realizado en estos meses y nos embarga la alegría. La familia de ViceVersa creció hasta prácticamente duplicarse y en nuestras ediciones, a lo largo de estos 12 meses, hemos publicado centenares de artículos, fotos, ilustraciones, collages y viñetas, realizados por personas de distintas edades, diferente formación, ideas políticas y religiosas. Inevitable el orgullo que sentimos, semana tras semana, al leer los inteligentes, irónicos, profundos textos que la magia del Internet deposita en nuestra mail, y con igual orgullo admiramos lo que llega para las secciones donde la imagen es protagonista. Un mundo virtual que tras cruzarse por los aires proveniente de Europa, América Latina y Estados Unidos, aterriza en Nueva York para, desde aquí, dialogar con el mundo. Nuestros colaboradores analizan las realidades de distintos países, opinan sobre temas internacionales, observan con agudo sentido de crítica, humor y ternura la vida que a cada uno nos toca vivir. Nunca nos cansaremos de agradecer a cada uno de ellos su aporte espontáneo, valioso, apasionado. Pasar la Navidad con una familia tan grande es un verdadero regalo de la vida.

En el transcurso de este 2015 hemos podido consolidar importantes alianzas con ONG como Techo, Kybernus, CulturART y Ashoka, organizaciones que, en distintos lugares y a través de diferentes iniciativas, buscan ofrecer mejor futuro y mayores oportunidades a las personas más necesitadas y a las nuevas generaciones de América Latina.

También hemos profundizado las relaciones con reconocidas Universidades, y en particular con sus Institutos de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, y con las más importantes instituciones culturales de habla hispana en Nueva York, que, incansablemente, promueven la cultura de nuestra región y de España.

El año que estamos por dejar ha sido muy intenso para América Latina y en general para el mundo.

Miles de personas quienes, en éxodos masivos, huyen, desesperadas, de guerras insensatas y cruentas, como la que se libra en Siria, o de la miseria y del miedo, en África, Oriente Medio, Balcanes Occidentales, Asia del Sur, Caribe, Centroamérica y América Latina, van poblando el resto del mundo de una humanidad dolida, hambrienta, aterrada y, lamentablemente, en muchos caso brutalmente rechazada. 

El terror que siembra el Isis con su irracional obsesión de muerte y destrucción ha logrado su objetivo: generar una permanente sensación de inseguridad con la consecuencia de ofrecer aliento a movimientos xenófobos y racistas que cabalgan la ola del miedo y de la rabia. En Estados Unidos el monstruo parió a la caricatura Donald Trump y en Francia se ha esquivado por poco el peligro de Marine Le Pen.

En lo que a América Latina se refiere , problemas de diverso tipo se han ido sumando y no podemos dejar de preocuparnos por una situación económica que según el último informe de la Cepal tendrá una caída del 0,8 por ciento el año que viene.

Pero el 2015 no ha sido solamente un año de desastres y dolor. También tuvimos pasajes muy positivos. El deshielo entre Cuba y Estados Unidos ya es una realidad y, a pesar de la lentitud con la que procede, seguirá adelante. Un grupo de congresistas republicanos y demócratas se ha unido para pedir el fin del embargo a demostración de una voluntad que ya está superando toda diferencia política.

Farc y gobierno colombiano también avanzan, lenta pero inexorablemente, en su Diálogo de Paz. Finalmente, con una decisión que la Federación de Derechos Humanos (FIDH) consideró histórica, las dos partes han firmado un acuerdo sobre víctimas, uno de los puntos más delicados y controversiales.

A pesar de las respectivas tensiones internas Venezuela y Argentina decidieron en las urnas cambios importantes de gobierno y de Parlamento a demostración que los años de las feroces dictaduras quedaron atrás y que, si bien los gobiernos pueden ser autoritarios y pisotear muchas reglas, hay límites que no les es dado superar porque los pueblos ya no lo permitirían.

A nivel mundial, en la Cumbre sobre el clima que ha reunido en París a casi 200 países, se ha logrado un acuerdo que también podemos considerar histórico. Durante 12 días de intenso trabajo y tras superar numerosos escollos, finalmente el cambio climático, con todas sus fatales consecuencias, ha sido enfrentado como un problema que hay que resolver ahora, porque ya no hay tiempo para dilaciones.

Y con enorme satisfacción asistimos a la entrega del Premio Nobel de Literatura a la escritora y periodista de Bielorussia Svetlana Aleksievic, cuyo discurso, emotivo, duro, valiente, también encierra un mensaje de esperanza.

Queremos cerrar este año con un mensaje de optimismo, cauto, realista pero de optimismo al fin. Por suerte, no hay bombas ni terror que puedan impedir el fluir del pensamiento. Nos gusta creer que hasta que habrá poesía, arte, creatividad, también puede haber esperanza.

A todos nuestros lectores, a todos nuestros colaboradores, deseamos unas muy

¡FELICES FIESTAS!

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