Sin duda la primera semana de Junio fue fatal para los animales; los miembros de una especie, supuestamente la más evolucionada de todas, descuidaron a su cría de 4 años, y esta terminó dentro de la jaula de un gorila, quien, finalmente pagó los platos rotos y fue asesinado para salvar al infante en peligro, cuando los que debieron ser asesinados eran otros, por descuidados.
El “valeroso acto”, que probablemente inspire una nueva entrega de “El Planeta de los Simios”, ocurrió en el Zoo de Cincinnati. El nombre del niño, de los padres y de los “valerosos” que mataron al gorila se desconoce, pero el animal en cuestión se llamaba “Harambe”, digo por si a alguien le interesa.
Lo ocurrido me obligó a plantearme estás preguntas:
¿Por qué matarle? ¿Acaso no podían inmovilizarle con un dardo tranquilizante? Ya por Harambe no se puede hacer nada, pero pienso en el resto de los gorilas del mundo y entonces les digo: Cuando vean que una especie tan estúpida como la humana va a verles: Enciérrense en su jaula, no sea que por un error de ellos, termine usted, Sr. Gorila (o cualquier otro animal), muerto.
Y hablando de hambre, digo, de Harambe… En Venezuela ocurrió otra muestra similar de la estupidez humana, esta vez por suerte, los animales en cuestión no terminaron muertos (gracias a Dios), pero sí terminaron tras las rejas.
Un grupo de personas quisieron realizar una original protesta para promover el referéndum revocatorio, usando 2 burros. Jóvenes del partido Opositor Primero Justicia desfilaron por el bulevar de Sabana Grande con los borricos. La algarabía fue tal, que tuvo que intervenir la policía, quienes se llevaron a los responsables de este vil acto (en otras partes se les llama manifestaciones pacificas), es decir, a los burros, pues se sospecha que ellos, desde su establo fueron los autores intelectuales de este “irrespeto” y que los jóvenes solo fueron coaccionados y manipulados por los animales, para llevar a cabo esta campaña para revocar al presidente.
Según un video, los burros opusieron resistencia, y la valerosa fuerza del des-orden, digo del orden, tuvo que usar a todos sus agentes para detenerles.
Seguramente este tipo de cosas seguirán pasando, pero ustedes no se preocupen que: “Errar es de humanos.”
Por cierto: ¿Alguien conoce a un buen abogado de animales? Si es así, envíenme el teléfono, para pasárselo a los burros.
Photo Credits: Pistol Peet