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Hyon Kim

Entretenimiento para los pobres (Extracto)

 

Acto II, escena I

Es mediodía a mitad de febrero. Dos desamparados de Nueva York, Mill y Shake, están parados en la esquina del Suroeste del Parque Central. La gente va y viene con prisa. Shake empieza a hablar…

Shake: ¿Crees que estamos en el 12 de octubre de 1492?

Mill: Parece que sí. Colón está encima del mástil buscando algo hacia lo lejos y nuestros pies están tocando el “continente conquistado,” y aunque esta fachada modernizada nos engañe que estamos en otro tiempo, casi nada ha cambiado; de hecho, la humanidad ha decaído y apenas se puede apreciar en este mundo digital.

Shake: ¿No es en este edificio oscuro que está frente a nosotros donde vive el viejo rubio que anda diciendo todo el tiempo “You’re fired”?

Mill: Sí, él mismo; vivía allí hasta que ganó un contrato de un “reality show” donde desempeña el papel del PEEUU o sea El Presidente de los Estados Unidos. Parece que esta vez le ha caído un tremendo cargo casi sin condiciones. Pero mucha gente está molesta porque las cadenas de TV no especificaron un horario fijo para su programa y por eso sale a cada rato a decir disparates. Dicen que la mayoría del público que lo ve son los mismos devotos al programa Jerry Springer Show, a las Luchas Libres Profesionales y otras transmisiones similares que desempeñan una descarga primitiva de puños y golpes. Mucha gente de la costa del Este y Oeste están escandalizados de lo mal que representa el papel del PEEUU.

Shake: Pero lo ridículo es que nada ha cambiado de su último programa. Lo que sigue haciendo es despedir y contratar todo el tiempo, a base de la fidelidad hacia él, en vez de ser hacia el gobierno o el país. Se autodenomina como un negociante infalible sin consideración a nada o nadie. 

Mill: Revisión de hechos: ¿No era él un mal comerciante que se declaraba en bancarrota a menudo hasta que le fue mejor en el programa The Apprentice? Pero volviendo al nuevo programa, ¿su papel como PEEUU no es el de proteger a la gente y traer estabilidad al país? ¿Para eso no debería él estar rodeado de colaboradores honestos quienes puedan decirle lo que está haciendo bien o mal?  

Shake: Sin duda, pero a él le gusta pretender ser un tipo duro y difícil; se impone más como un personaje de la película Irishman en vez de seguir las pautas de un PEEUU.

Mill: Bromas aparte, el viejo rubio trompetista no tiene los cojones para ser un matón de verdad; sólo le gusta creerse que lo es.

Shake: Tienes razón; alguna gente lo compara con Hitler, Mussolini y otros demagogos y dictadores, pero al viejo rubio trompetista de jazz (porque parece que improvisa todo) le faltan inteligencia, concentración, consistencia y maldad sistemática para elevarse al nivel de esos tiranos. 

Mill: Por eso digo que el viejo rubio trompetista de jazz es más un bufón creído que un déspota de verdad. 

Shake: Pero tengo que admitir que el viejo tiene algo en común con los infames de la historia; su sobrina psicóloga dice que su tío tiene la capacidad de creer que es verdad toda la mentira que se inventa. 

Mill: No me lo creo. ¿Me estás diciendo que él puede creer de verdad que él es el PEEUU y que no está jugando un papel de PEEUU en un “reality show”?

Shake: Exactamente, según su sobrina Mary. 

Mill: Eso me acuerda a la ontología de Berkeley quien dice que cuando abres los ojos el mundo existe y cuando los cierras ya no.

Shake: Así es, el viejo trompetista tiene cerrado los ojos a la realidad y abierto en su “reality show.”

Mill: Eso funciona como YouTube, cuando apagas la pantalla todo para ¡Hostia, qué fuerte! Pero aparte de esa habilidad tan asombrosa, ¿cómo puede él creerse tan importante? ¿No somos más o menos lo mismo? Comemos, dormimos, soñamos, caminamos, (y un comportamiento que no es esencial pero que se ha convertido en algo así) compramos y desechamos todos los días de los residuos de lo que consumimos ya sean reciclables o no.

Shake: Es verdad, la gente independientemente de raza y clase social son más parecidos que diferentes; sólo cuando nos sometemos a la cultura política y social adquirimos la tendencia de olvidarnos que todo es transitorio y que esta realidad lejos de ser perpetua es una invención.  

Mill: ¿Estás diciendo que la realidad es una fantasía de los políticos?

Shake: Bueno, es más complicado que eso. Pero, en fin, a lo que nos referimos como realidad, en especial la realidad moderna, es una construcción de mentes destacadas. 

Mill: Volviendo de nuevo al programa, nunca entendí por qué la gente se empeña en sintonizar el programa; no hay nada de entretenido en él al menos que le atraigan las historias exageradas y mentiras.

Shake: Imagínate, hay gente que dice que la repetición convierte una mentira en verdad.

Mill: ¿Cómo una mentira puede convertirse en verdad, aunque fuera infinitamente repetida? 

Shake: La verdad no cambia; quienes convierten la mentira en verdad son las personas. Esto demuestra que la combinación de engaños por todas partes y una educación deficiente crea una peor condición que la de analfabetismo, la de creer que uno sabe todo cuando no entiende ni papa. La gente debe tomar más seriamente la educación formal y no sólo seguirla como un proceso; a través de ella tienen que adquirir las destrezas necesarias para distinguir al menos entre una mentira fabricada y un hecho. ¿No fue Soren Kierkegaard quien dijo, que había dos maneras de ser engañado?  Una, creer lo que no es verdad, y la otra, negarse a aceptar lo que es verdad. Pero se le olvidó la tercera, que hay gente a la que le gusta ser engañado. Las dos primeras son corregibles, pero ¿cómo se puede enmendar la tercera?

Mill: ¿No me lo creo?  Si mucha gente habla con tanta seguridad y parece saber tanto y estar claro de todo…   

Shake: Sí, eso parece, pero a mucha gente no le gusta pensar. Muchos creen lo que oyen y asumen que es verdad, y después lo repiten y hasta tratan de convencer al otro. Patéticamente, hacen esto con la idea de que así se protegen a ellos mismos y a sus seres queridos de lo ajeno y lo desconocido. Y lo hacen porque se sienten invencibles ser parte de ese grupo de abandonados y ciegos que gritan que ven más claramente que los que tienen vista.

Mill: Nunca he visto a tanta gente defender y promulgar falsedades promulgadas por el sector ejecutivo del gobierno.  Usualmente pasa lo contrario – la gente protesta exigiendo la verdad. Pero debe haber alguien entre ellos que sepa lo que está aconteciendo de verdad. ¿No?

Shake: Claro que sí. Pero desafortunadamente, esas personas están dispuestas a salvaguardar el fraude porque están convencidos de que van a sacar algún provecho de la situación, aunque esto signifique literalmente derrumbar el suelo en el que nosotros y también ellos están parados. ¿Cuál es la ventaja de estar en la cubierta superior cuando el barco se va a hundir? La única diferencia de estas con la gente de abajo sería que van a perecer un poco más tarde. Claro aquí, contario al dicho, el último que ríe va a terminar llorando como el primero. Ya hemos visto eso con el Titanic.

Mill: ¡Qué patético!

Shake: Sin duda, pero el espectáculo todavía sigue su trayectoria. 

Mill: Me desespero por que se acabe ya. Pero este “reality show” parece tan real que se me ponen los pelos de punta.  

 

Acto II, escena II

Es a mediado de abril durante el apogeo de la pandemia de COVID-19.  Mill y Shake están sentados en medio de las gradas de TKTS en Time Square. Y Mill empieza a hablar…

Mill: No lo puedo creer. ¿dónde están los turistas? Este sitio estaba repleto de gente hasta hace poco. Esta pandemia realmente nos ha desmontado nuestro ingreso suplementario. Tú me entiendes, nos beneficiamos algunas veces de sus bondades cuando lanzan monedas y comidas hacia nosotros. 

Shake: La gente rica no tiene idea de lo duro que lo pasamos en estos momentos, pero tengo que reconocer que debe ser difícil también para ellos, tú sabes… la pérdida de dinero y negocios que algunos sufrieron, aunque todavía les quede harto para vivir, les ha de doler. Seguiremos manteniéndolos ricos a través de nuestra miseria. 

Mill: ¿Oíste lo que dijo el viejo trompetista sobre la pandemia? 

Shake: ¿Qué?

Mill: Dice que el COVID-19 es una gripe común, y que no hay que temerla. Si es así, ¿Por qué están subiendo tan rápidamente las cifras de muertos y nadie se atreve a venir a Nueva York? 

Shake: ¿Un resfriado común? Como dicen los mexicanos ¡Chale!, ¡No manches! Esta gente le da más importancia al dinero que a la vida humana.  ¿No son ellos también personas?  ¿Y no es dinero lo más ordinario que existe y que por ser tan común vale poco? ¿Cómo pueden compararlo con una vida humana?

Mill: Parece que escuché algo parecido en la película La Fábrica de Chocolates.

Shake: No tiene sentido poner la economía por encima de la vida humana. Nadie está a salvo de la posibilidad de morir por COVID-19 después de contagiarse, aunque el porcentaje que resulte en muerte sea pequeño. Y si por causalidad te toca morir, ¿qué provecho sacarías del dinero, del mundo o del universo?  Nada, porque nada del mundo material sirve después de muerto. 

Mill: Este nuevo espectáculo del trompetista no debería estar jugando con algo tan serio y real. El hecho de que pasamos tanto tiempo en el mundo virtual, jugando videojuegos, chateando en medios sociales, y cosas parecidas definitivamente nos ha ayudado a embrutecer y tomar como un juego algo tan serio y real.  

Shake: Pero Mill, si nuestra realidad sin duda es una forma de espectáculo… .

Mill: Tienes razón Shake. Fíjate que el viejo trompetista de Jazz obtuvo su nuevo contrato por una consigna como “Make America Great Again,” MAGA. Lo interesante es que esta gente proyecta la consigna hacia el futuro cuando ellos ya la tienen en las manos. Mucha gente quiere venir a Estados Unidos para mejorar sus vidas, pero ¿qué ofrecen los que apoyan al viejo trompetista para hacer a este país glorioso de nuevo? Se están comportando como “el perro del hortelano,” celosos de lo que otros pueden hacer para tratar de mejorar sus vidas. Los que apoyan al viejo trompetista deberían reflexionar seriamente, para sus propios beneficios, para reconocer lo que ya tienen en las manos en vez de culpar que los otros les están robando. 

Shake: Tienes razón Mill. La percepción nos puede engañar fácilmente; puedes estar en el paraíso, pero si por algún fastidio empiezas a imaginar que estás en el infierno de repente sientes calor y ves llamas por todas partes y empiezas a decir qué lugar más horrible es éste cuando en realidad siempre fue el mismo sin cambio de condición. Muchos dirían que esto suena como resultado de algún efecto de droga o alcohol, pero una mente sobria llena de perversidad, descaro y egoísmo puede ser más delirante y hacer infinitamente más daño.  La historia de la infamia está colmada de este tipo de personajes, pero sin ir lejos tenemos la comprobación viva con el viejo trompetista de jazz. 

 

Acto II, escena III

Es mediados de noviembre, dos semanas después de las elecciones Presidenciales del “reality show.” Y los telespectadores están nerviosos porque en el nuevo programa el PEEUU no quiere aceptar que su rival ha ganado. Mill y Shake están sentados en un banco en Union Square de la calle catorce. Mill empieza a hablar…

Mill: Oye Shake, esos dos perros nos están mirando. ¿Crees que nos quieren para su cena? 

Shake: No lo creo. Primero, porque no hay perros callejeros en Nueva York todavía. Segundo, porque los perros no comen a los seres humanos, al menos que estemos muertos y que ellos estén muriéndose de hambre. Además, ellos no parecen tener hambre, sino que están molestos de algo.

Mill: Escuché decir a un amigo cubano que antes de la Revolución de los 50 en casi todas las plazas y los parques en La Habana tenían a las palomas como mascota pública, pero se convirtieron de un día a otro en comida. ¿Crees que eso puede pasar aquí?

Shake: No sé, pero lo único que te puedo decir es que todo es posible, especialmente en el mundo del ser humano… .

Mill: ¿Cómo es posible?

Shake: Tú les das oro a algunos y lo convierten en piedra; mientras tú les das piedra a otros y la convierten en oro.

Mill: Eso suena como la piedra filosofal de un alquimista.

Shake: No estoy hablando literalmente de convertir una piedra en oro, sino metafóricamente que a algunos se les da todo y lo desperdician y otros de lo poco que reciben multiplican. Al viejo trompetista se le ha dado todo y al contrario de su “MAGA” casi no dejó nada intacto. 

Mill: Así parece ser. Y aquí estamos todavía con vida en Midtown en medio de la pandemia COVID-19 y el mundo está casi al borde de colapso, y puedes creer que el viejo trompetista quiere continuar su segunda temporada como PEEUU pero anda vociferando que sus votos fueron robados.  

Shake: ¿Y encontraron a los delincuentes?

Mill: No. Ya presentaron decenas de demandas, pero todas fueron rechazadas por las cortes federales por no tener fundamento; y imagínate, algunos de los jueces fueron escogidos por el viejo trompetista mismo.

Shake: Las demandas deben haber sido totalmente sin fundamento. 

Mill: Imagínate sus abogados están presentado conjeturas y creencias como hechos. 

Shake: ¡Qué barbaridad! ¿No fue alguien de su administración quien dijo que había “varias maneras de interpretar un hecho”? 

Mill: ¿Te refieres a la frase “alternative fact”?

Shake: Esa misma. Pensándolo bien, se podría interpretar de varias maneras un hecho para establecer el sentido. Pero ¿cómo se puede establecer una variante de un hecho?  

Mill: Quizá, alternando las premisas. Dos más tres son cinco. Tres más dos son cinco. En matemáticas funciona, aunque el resultado es lo mismo.

Shake: Pero no funciona con los hechos espacio temporales. Por ejemplo, el PEEUU obtuvo al menos siete millones de votos menos que su rival. El rival obtuvo al menos siete millones más votos que el PEEUU. Es lo mismo. ¿El viejo trompetista está disputando esto?

Mill: El viejo trompetista dice que su rival tiene más votos porque los suyos fueron robados. 

Shake: ¿Tantos votos? Los votos son algo material y si fueron robados debe haber alguna huella.

Mill: Dicen que tienen evidencias, pero no presentaron ninguna en la corte. 

Shake: Entonces quien quiere robarle las elecciones al rival es el viejo trompetista de jazz.

Mill: Si no hay prueba, eso parece. 

Shake: No tiene sentido lo que está planteando; un presidente titular que tiene todo el poder para prevenir un fraude, en especial, contra él mismo, reclama algo tan serio sin producir evidencia y después quiere que los de su partido y las cortes se pongan de su parte. ¿Por qué? ¿Porque el viejo trompetista es tan guapote con su estilo de pelo único? ¿Cómo esto puede pasar aquí en los EEUU?  

Mill: ¡Sí, lo que está pasando es una locura!

Shake: Si el PEEUU se saliera con la suya, los Estados Unidos que conocemos se convertiría en los Estados Unidos que conocíamos; es decir, el EEUU que conocemos no existiría más. Una de las instituciones que sostiene en paz al conglomerado de culturas en este país experimental es el sistema judicial, aunque tenga sus defectos. Si las cortes se pusieran de su parte sin ninguna prueba, saltaríamos de la pandemia al pandemonium de Milton.

Mill: Seguramente que sí. ¿Pero qué piensas que le va a pasar al viejo trompetista después de 20 de enero?

Shake: Para empezar, nunca pude entender por qué el viejo trompetista se envolvió en esta locura, especialmente que ahora sabemos que él no tenía ningún propósito claro de ser el PEEUU. Todo este espectáculo fue para atraer nuestra atención como una diva en la pasarela.  

Mill: Buena observación. No tenía ni visión ni plan concreto. Sólo apareció como un Puck de Sueño de una Noche de Verano para trastornar la realidad y fastidiarnos la vida.  

Shake: Si fuera sólo un rasguño, no sería tan grave la ofensa. Pero como estamos en invierno y con náusea por haber comido mal, mejor diría que el viejo trompetista es un vómito de Dios. Al menos eso me alivia del frío, y ¿no es cierto que el universo está dentro del estómago de Dios, encaminando hacia el hoyo negro? Pero en serio, una cosa que se me hace difícil olvidar es cuando hostigó a los indigentes y a los indefensos. ¿Te acuerdas?

Mill: ¿Te refieres a la separación de las madres de sus hijos en la frontera? 

Shake: Sí, muchos de los niños todavía no han sido unidos con sus padres, y aún no logro ver cuál era su intención. Como dice Gracián en El Criticón “¡Bien merece tanto mal quien a nadie hizo bien!  Estamos viviendo relativamente en un tiempo estable y que el viejo trompetista tenía ya cierta fama y dinero. Él podría haber pasado el resto de su vida jugando golf y ocasionalmente aparecido en la televisión para decir “You’re fired.” Eso hubiera sido un entretenimiento inofensivo sin perjudicar a nadie, y nadie lo hubiera maldecido tanto. Pero ahora el viejo trompetista no sólo se ha metido en contra de mucha gente, instituciones y el mundo, sino que ha traído a toda su familia en el meollo del conflicto sólo por cuatro años fugaces de hostilidades y contiendas. Por cierto, el viejo trompetista me acuerda a Marcus Licinio Craso, uno de los miembros del triunvirato y el hombre más rico de Roma quien por celo del logro militar de Pompeyo fue a la guerra contra los partos y murió junto con su hijo Publio Licinio durante la invasión. Me pregunto ahora si Julio Cesar tuvo algo que ver con su muerte; le debía muchísimo dinero al viejo Craso por los préstamos que obtuvo para hacer sus campañas políticas. 

Mill: ¿Es este Marcus Licinio Craso el que se parece al General retirado Michael Flynn?

Shake: Ahora que lo mencionas, sí se parecen. Con Pompeyo y Pompeo y Michael Flynn con Marcus Licinio Craso, parece que el viejo trompetista de jazz trajo al presente a la antigua Roma.

Mill: ¡Qué chistoso el paralelo! Lo único que espero es que esta pesadilla esté detrás y no al frente de nosotros.

Shake: Estoy completamente de acuerdo.

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