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El poder enloquece

Las patologías mentales, comúnmente llamadas locura, son estados alterados de conciencia que perturban el uso de la razón en quién las padece.

Las locuras de reyes y gobernantes en la historia, parecen salidas de la imaginación de los escritores, pero la realidad superaba la fantasía. Los pueblos han soportado historias de terror perpetradas por sus gobernantes. Basta imaginar el sufrimiento de los pueblos que tuvieron a gobernantes salvajes quienes gozaban de un poder tan absoluto, que podían decidir a quien cortarles la cabeza por decisión propia.

¡Qué absurdo fue en Francia inventar la guillotina en lugar de buscar otros castigos! Vale la pena revisar la historia de injusticias y esclavitud de millones de personas que han fallecido, no por hambre de alimentos, sino por hambre de justicia. Recordemos algunos de los gobernantes más psicópatas, violentos, despiadados y ambiciosos. Entre los más sádicos, Calígula, quien mataba por diversión; el Emperador Zhengde, de China, quien gobernó a los 14 años y era adicto a los juegos de guerra; Justiniano II líder del Imperio Romano de Oriente, quien padecía esquizofrenia, fue uno de los peores de la historia, perdió la mitad de Italia a manos de los persas y hacía cosas extrañas para no escuchar las voces en su cabeza; Carlos VI de Francia quien llegó al gobierno a los once años, corría por el castillo aullando como lobo, totalmente fuera de la realidad, y mataba sin control. Lo derrotó su primo en una guerra civil. Otros fueron el rey Faruq de Egipto, ludópata, cleptómano, comedor compulsivo, le decían el estómago con cabeza, y quien hasta agradeció a Hitler por invadir su país; Alejandro Magno, quien creó uno de los imperios más grandes de la antigüedad y mandó crucificar al médico por la muerte de su amigo; Iván el terrible quien gobernó a los 14 años, después que asesinaran a sus padres. Él alimentó a sus perros con un miembro del gabinete y masacró a su pueblo. Erik XIV rey de Suecia, padecía paranoia, asesinaba al que se reía frente a él. Juana I de Castilla llamada la loca, sufría paranoia. A Hitler, entre los más megalómanos de la historia moderna, lo comparan con Calígula. Kim Jon II, padre del actual, era aficionado a la pornografía. Gadafi, tenía un harem de mujeres quienes, posteriormente, lo acusaron de violación. Ceausescu de Rumania, fue uno de los más brutales y represivos, su esposa inyectó Sida a niños para buscar la cura de la enfermedad.

Los gobernantes dementes no se han extinguido, la ventaja en los tiempos modernos es que unidos podemos derrocarlos. No es el caso de Venezuela, país en el cual pasa algo similar a Siria. Rusia y Estados Unidos se disputan el poder y Putin va adquiriendo cada día más fuerza. América, no se escapa de los enfermos de poder, entre los conocidos está Trump, megalómano y narcisista. El presidente López Obrador presentó en su conferencia mañanera la petición de un ciudadano quien apela a la ley de transparencia para que le realicen estudios psiquiátricos y comprueben su salud mental. Obrador se burló de la petición y acató a decir, “me los tengo que hacer”. Otros ciudadanos piden firmas en la plataforma change. org. Solicitan destituir al presidente por incapacidad mental, piden que un grupo de expertos le realicen pruebas psiquiátricas.

El presidente afirma que Benito Juárez se adueñó de su cuerpo y gobierna a través de él. Se obsesionó por llegar a la presidencia, y ahora, ya en funciones, parece estar fuera de la realidad. Como buen pastor ofrece dádivas a los ciudadanos para aumentar su clientela, mientras el país sufre los recortes y la mala administración de la economía. Como dijo Catón: » el presidente más autoritario que hemos tenido desde Porfirio Díaz, no muestra a veces ninguna autoridad». Seguimos comprobando que el poder enloquece. En palabras de Hitler: » la más grande y mejor lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia» Para tener presente. El arte es la mejor forma de sublimar la locura, el poder la incrementa.

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