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walter mercado documental
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El-otro-territorio

Jamás he tenido un especial interés por la cartografía. Los mapas y territorios, en el sentido estricto, son algo que pasaron mucho tiempo sin llamarme la atención.

Esto comenzó a cambiar en el 2015 cuando la palabra otro cobró un nuevo significado. En aquel entonces, cursaba el 8vo semestre de Psicología y comencé a ver Psicoanálisis. Entre tantas otras palabras que cambiaron de significado, como sueño, chiste, condensación, desplazamiento… Los múltiples significados de otro y Otro abrieron un mundo de posibilidades. Si bien es cierto que no puedo recordar perfectamente aquellas lecturas bastante soporíferas de Lacan, no puedo negar que algo de esto caló en mi manera de ver el mundo.

Dejé de ver al otro como una persona diferente, para transformarse en todo un terreno nuevo, escarpado e inexplorado. Comencé a entender que a medida que iba construyendo mi identidad, encontrando una voz que escribiese más como pienso y menos como lo que yo creía que debía ser (entiéndase escribir al estilo de Cortázar o de García Márquez); ese mismo proceso me iba haciendo más ajena a muchas de las ideas que me rodeaban.

Primero, comencé a descubrir a esos otros diferentes que me rodeaban. Algunos eran más invisibles, como aquellos que conformaban un grupo social al que no le podía poner rostro porque no conocía la historia de alguien en particular: indigentes, indígenas, drogadictos, analfabetos, víctimas de violencia, xenófobos, racistas, huérfanos, transexuales…

Luego estaban los que, a pesar de tener cara y ojos en mi imaginación, me costaba entender cómo podían conformarse de una manera tan diferente a la mía a pesar de podía tenerlos bastante cerca. Mi familia, las personas muy religiosas, chavistas por convicción, compañeros de clases, hijos de amigos de mi mamá, machistas…

Me costaría mucho tiempo entender que el acto de cartografiar a estos individuos, delimitar sus fronteras conmigo, no solo los convertía ellos en otro. Lo mismo aplicaba para mí misma.

 


Dos documentales de los que he visto en los últimos tiempos que más me han llegado profundamente, han sido el de las vidas de Chavela Vargas y de Walter Mercado.

Creo que son pocos los latinoamericanos que pueden decir que son referencias completamente desconocidas para ellos. Contradictoriamente, son dos de las personas públicas, al menos de las que conozco su vida, que han sido igual de alienadas que queridas a la vez.

Chavela fue una inmigrante, lesbiana y cantante de rancheras. Walter fue un astrólogo, gay, showman, y posiblemente una de las primeras referencias conocidas que podríamos identificar como gender fluid. Ambos escogieron la vida pública en períodos donde tener esas etiquetas en la frente era aún más peligroso que en los tiempos que corren.

Alguien en el documental dice que a Chavela se le permitía todo (como vestirse masculinamente), mientras fuese en el escenario; porque ese era el sitio donde todo lo valía. Otra persona en el documental de Walter dice esta frase que no logro traducir: They othered him.

Al mismo tiempo que fueron reconocidos como iguales por el público en general, también eran un otro que no pasaba los filtros con los que la mayoría de su público no comulgaba.

Dentro de mi imaginación, el otro se fue complicando. No solo podía ser la totalidad de un grupo o una persona la que fuese un territorio ajeno con el que podía llegar a estar en guerra. También podían ser sus partes.

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