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Aladar Temeshy

El libro usado

El concepto de libro es bien variable, independientemente de las definiciones de la Real Academia. Es personal, de gusto, de interés, hasta de motivo de decoración. Los abogados tienen paredes de bibliotecas para asegurar su versatilidad para la tranquilidad del cliente. Los jueces no tienen que convencer a nadie.

El libro es la proyección del lector. Personalmente yo respeto el libro, las páginas impresas, enumeradas, márgenes cuidados, pues la edición y detrás el autor, el editor, el impresor. Un mundo que yo aprecio y respeto. En mi primer trabajo de aprendiz en el periódico, el aprendizaje y por la recomendación del gran escritor M.  “colega” (colega para mi propia importancia juvenil) me llevó al sótano, dónde se fabrica el ejemplar. Miles de letras de plomo, sueltas y hombres con un delantal verde escogiendo las letras y componiendo las palabras fabricando el texto. Los años y la técnica electrónica cambiaron  varias veces la forma de producción y, las máquinas Goose producen líneas con distinto tipo de letras, sin embargo el respeto por las letras de plomo manejados por los del delantal verde me quedó gravado. Leer un libro es sentir su impresión, su papel, que abra puertas, mundos y la inmensidad reflejada en letras. Es  una vivencia independientemente del género. Cada lector tiene su santo milagroso, su periódico, su día cabalístico, su pareja y la otra, su doctor, su escritor y su libro. Todo en genitivo personal. Yo también y los libros me acompañaron siempre.

Libro y librero caminan juntos. Mis amigos libreros me avisan sobre las ediciones, libros nuevos que aparecen, reediciones, ejemplares de liquidaciones de bibliotecas. Los libreros son amigos que me conocen y a mis curiosidades. Son de confianza.

El paquete llegó por el servicio postal, bien envuelto en un sobre forrado, para la protección del libro. Abrí con curiosidad. Una obra de Foucault algo maltratada. La factura acompañante indicaba que es usada, es de ocasión y que le debo 7.32 dólares. Yo compré ya libros usados escogiendo bien el estado del ejemplar. El estado de este libro sobre la demencia no prometía esperanzas.

La primera página identificó, que la edición originalmente pertenecía a Sarah  Francés Kuhn, Boston, Ma. Spring 2000, HI301 y p.16 95. Obviamente Sarah Francés, estudiante en el año 2000, probablemente tercer semestre, concentraba su interés en las páginas entre 16 y 95. Consideré la anotación de mal gusto, de falta de educación y falta grave con el libro. Mi disgusto aumentó en la tercera página, con la Introducción, donde Sarah Francés subrayó con tinta – bolígrafo negro – que el libro trata  sobre los desordenes sicológicos en el escenario de la civilizacón. Por Dios, este gran secreto estaba bien impreso en la cubierta. Sarah Francés, la raya libro me molestó casi personalmente. Seguí leyendo. Traté de acostumbrarme a los subrayados de tinta, cuando aparecieron las invasiones de los márgenes. Llamativas cruzadas en x, o xx, una repetición parte del texto, una nota corta. ¡Con Tinta!

Me molestó sobre manera y, pensaba dejar la lectura del libro maltratado, pero la escritura de Foucault me interesaba. Llegando al segundo capítulo me di cuenta que no tenía anotación alguna en el papelito a mi derecha para anotar referencias sobre una expresión o de una traducción, notas del autor o del traductor. Siempre anoto algo, es mi costumbre. ¿Qué es lo está pasando conmigo? Pensando me di cuenta que no estoy leyendo el libro sólo. Sarah Francés está leyendo conmigo, o al revés, yo con ella. Incomodo. Mis posibles anotaciones estaban ya presentes con tinta negra.

Del tercer capítulo adelante ya me sentí bien. Me acordé cuando con Marta leímos Ovidio en la universidad. Tempus fugit, obra manet. Ahora, aquí subrayada.  Era cómodo y no tenía que tomar notas. En este libro usado estaba todo bien marcado. Terminé la lectura y tenía ya la información sobre los delirios, alucinaciones y las notas de ella en tinta negra.

¿Y Sahara Francés? Llamé a Gustavo el librero, di las gracias por su envío y pregunté que si por casualidad tiene un usado de una Sahara Francés Kuhn  y, que me avisara. No importa que esté rayado.


Photo Credits: Daniel Wehner

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