Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

El espectáculo del desvanecimiento

En la ciudad de Pisco, ubicada en Perú, se encuentra la reserva natural de Paracas, que en Quechua traduce: “lluvia de arena”. Es la reserva marina más antigua del Perú, declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Al frente de la península de Paracas, se encuentran las Islas Ballestas. Al llegar a las islas, era imposible parpadear, a pesar de que el sol estaba radiante, los espectadores estaban atónitos en medio del paraíso. Las rocas puntiagudas se mojaban con cada ola que se posaba en ellas. Los lobos y leones marinos, intentaban balancearse con las olas y arribar a las rocas de la isla para poder descansar. En las partes más altas de las rocas, aterrizaban pelícanos, piqueros y cóndores; que con elegancia extendían sus alas, mientras agudizaban la vista en búsqueda de alimento.

El paisaje era más impresionante de lo que se podía ver en internet. Todos los turistas asomaban las cámaras y se tomaban selfies con los lobos marinos. Nadie paraba de disparar flashes. El bote se acercaba más y más a la isla, algunos leones se intimidaban y alejaban, otros muy acostumbrados lucían su encanto. La mayoría de las aves escapaban y preferían solo observar desde arriba. Por fin se vieron al fondo los pingüinos de humboldt, aves en vía de extinción; algunos a causa del cautiverio, otros que se enredan en las redes de los pescadores y la gran mayoría, por el fenómeno del niño. Hace 150 años existieron cientos de miles, sin embargo hoy no existen más de 4 mil.

Aunque es imposible no dejarse deslumbrar ante tal espectáculo, también es imprescindible no sentir tristeza ante la desaparición. ¿Hasta cuándo podremos apreciar el arte de la naturaleza?, ¿será que mis hijos y los hijos de mis hijos solo podrán apreciarla a través de estas fotos? Preguntas fatalistas pero tan ciertas como el deterioro de nuestro medio ambiente.

Los paraísos no eternos, no solo están expuestos a nuestros ojos como una atracción turística más, sino que hacen parte de la historia que no quisiera ser contada, pero que a diario encontramos en las noticias. La historia de los ecosistemas amenazados y de los animales en vía de extinción, es más común de lo que vemos en los medios de comunicación. Las afectaciones no solo dependen de las grandes industrias, sino también de las acciones diarias de cada ser humano. Es por eso que en nuestras manos también está el cambio, nunca es tarde para que la indiferencia deje de prevalecer por encima del daño que también nos hacemos a nosotros mismos.

Hey you,
¿nos brindas un café?