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El biberón tecnológico de los niños

El mundo pareciera que avanza cada vez más rápido. Nos volvemos más prácticos, más audaces, exigimos inmediatez de inmediato, valga la redundancia. Porque no es ninguna falacia que la tecnología nos ha hecho más exigentes, más veloces y más voraces. También nos ha convertido en curiosos consumidores acelerados, en flojos porque todo lo tenemos a mano. Nos aburrimos rápido, no nos damos la oportunidad de parar a pensar, a reflexionar, a analizar. Ya no nos fijamos en lo que está en nuestro alrededor, sólo nos concentramos en lo que está en pantalla. Se le da más peso a la información que a la educación. La tecnología y el internet han cambiado por completo al ser humano y a su futuro. Lo ha transformado y continua la metamorfosis. Evoluciona la percepción del mundo, los procesos mentales, el comportamiento humano, la manera de relacionarnos. Ciertamente, hay un antes y un después de la llegada de la tecnología. Pero, ¿qué será del futuro? ¿cómo afectará la alta tecnología a los pequeños que, desde que nacieron, ya hacen uso de ella?

Eugenio tiene 3 años de edad. Me tocó cuidarlo una mañana, no hace mucho. Antes de llegar a verlo, tenía en mente muchos juegos y actividades que podrían gustarle. Desde dibujar hasta mímicas, mi propósito era estimular su imaginación y que se divirtiera. Pero apenas llegué y vio en mi mano mi iPhone, de inmediato me dijo “quiedo jugá gato”. Un juego que, alguna vez había jugado con mi teléfono inteligente. Eugenio estuvo hipnotizado con la pantalla por una hora viendo sentado más de 20 veces el mismo video de un gato travieso. No quería jugar, dibujar, ni moverse de allí. Preocupada, le forcé y le quité el teléfono, alterando su estado pasivo y pidiéndome entre lágrimas que se lo regresara. Luego de insistir, ya pude jugar con él de manera tradicional, como lo hacían mis padres conmigo. Eugenio no es uno en un millón, en el mundo hay, mejor dicho, millones de Eugenios.

Por otro lado, paseando por las diferentes redes sociales, encontré un video que me causó escalofríos. Todavía cuando lo recuerdo me pone la piel de gallina. Una pequeña bebé, no mayor de un año, muy confundida con una revista impresa en sus manitos. ¿Por qué la bebé está desconcertada? Pues porque la revista impresa no detecta su dedo cuando ella, inteligentemente, presiona la imagen que quiere ver. La bebé, con tan sólo un año, ya está acostumbrada y sabe manipular dispositivos inteligentes. Probablemente sus padres le proporcionaron su iPad para distraer a la pequeña, cumpliendo la misma función que la televisión en los niños de los años 80 y 90.

La bebé ya ha estado expuesta a la alta tecnología y hace uso de ella, modificando así, sus procesos mentales y su psique. Esta pequeña bebé, es un ejemplo claro de lo que sucede hoy en día. Ella, al igual que Eugenio, son la representación de millones de niños alrededor del mundo que están manipulando como expertos los dispositivos inteligentes a su favor. Es un fenómeno que ya está afectando a la humanidad y que va a hacer que el futuro sea manejado de una forma totalmente diferente. Esto ya está claro. Lo único que se mantiene en las penumbras es el saber si este hecho es algo bueno o algo malo para el devenir. Para eso, analizaremos las ventajas y los contras de la tecnología y su fuerte impacto que esta hace en los niños.

Existen autores que defienden a muerte que los niños tengan contacto con el internet. Resaltan que estos niños ya tienen la necesidad de comunicarse en las redes, de estar en contacto con personas de todo el mundo. Otros, por el contrario, discuten y critican que los pequeños estén tan involucrados con la tecnología avanzada. En lo único en lo que están de acuerdo los dos bandos, es que la tecnología está causando un fuerte impacto en la humanidad y en su futuro, los niños. Como menciona Lipovetsky en su obra Pantalla Global: “de la era del vacío hemos pasado a la era de la saturación, de la demasía, de lo superlativo en todo.” (2009)

Es innegable que la tecnología ha traído innumerables avances científicos que mejoran nuestra calidad de vida. La tecnología nos ha permitido evolucionar, relacionarnos con personas que no necesariamente tienen que estar cerca. También ha abierto ojos ante injusticias, dictaduras, atrocidades. No obstante, ha proporcionado herramientas para mejorar la educación, tener más alcance, informarnos sobre lo que está pasando en el mundo, difundir ideas en un abrir y cerrar de ojos. Hay información por todos lados sobre absolutamente todo lo que deseamos saber. Cualquier nicho social está muy bien abastecido de información y de portales donde se puede socializar con personas con los mismos ideales para crear conglomerados intelectuales diferentes que comparten objetivos en común.

Como menciona Trejo DeLarbre (2005) “la abundancia de información que hormiguea por la red de redes se ha convertido en prácticamente inasible por sus dimensiones colosales.” Ya esto se convirtió en algo tan grande que se le escapa de las manos a cualquier poder, permitiendo así, la plena libertad de expresión de los que normalmente mantenían callados. Las redes sociales nos dan voz y le van a dar voz a los niños que crecen con la tecnología. Estos niños están desarrollándose con herramientas con las que las generaciones anteriores no contaban, abriéndoles portales infinitos para investigar lo que quieran a tan solo un clic. Toda la información está al alcance de sus manos y los niños con la curiosidad que los caracteriza, siempre estarán dispuestos a relacionarse con estas altas tecnologías.

Menciona Lipovetsky “no es difícil reconocer aquí una de las figuras del presentismo individualista actual y su deseo de vivir plenamente cada momento: el niño no espera ya, como antes, a ser adulto, y los ancianos quieren vivir su edad”. Los niños de hoy no se creen todos los cuentos, buscan en Google la información que ellos quieren leer. En esta era, ellos ya deciden quiénes son sus héroes y de quién se van a sentir orgullosos. Hoy más que nunca, nos sorprende más la sabiduría de los niños que de los ancianos. Los pequeños ya no se basan en lo que les dicen, sino en información que ellos mismos buscan comprobar en las redes.

“Mi hijo de 8 años sabe más datos curiosos que una Enciclopedia” comenta con orgullo Rafael, un trabajador de la casa de un familiar. “Al principio no entendíamos cómo sabía tanto, ya luego luego, descubrimos que es porque se la pasa curioseando por el Internet.” Muchos de los niños expuestos a las redes sí satisfacen su sed de conocimiento a través de estas herramientas, las usan a favor de su educación. Desde una página de juegos que te enseñan idiomas hasta videos tutoriales de YouTube de, literalmente, cualquier cosa que se te pueda ocurrir, están a nuestra disposición gracias al Internet y las redes sociales.

Desde este ángulo, afirma Trejo de Larbre:

Que los niños tengan computadora, pareciera de lo más pertinente en cualquier circunstancia. Que existan políticas gubernamentales para hacer posible ese anhelo, resulta adecuado prácticamente desde cualquier punto de vista. El ordenador se ha convertido en el recurso más cercano, cotidiano y accesible para sintonizarnos con el resto del mundo y en un instrumento de utilidad enorme para la enseñanza dentro y fuera del aula. (2009)

El lado bueno de la tecnología parece poder solucionar muchos problemas de educación que pudiese tener una sociedad. Es un hecho que la educación y la cultura son el arma contra la manipulación. Aunque también, se puede generar una manipulación a través de la tecnología, pero, depende del uso que se le dé. Muchos niños sí lo usan a su favor, pero por otro lado, otros, sin darse cuenta, desfavorecen sus procesos mentales.

Afirma Giovanni Sartori en su obra Homo Videns: “Nos encontramos en plena y rapidísima revolución multimedia. Un proceso que tiene numerosas ramificaciones (Internet, ordenadores personales, ciberespacio) y que, sin embargo, se caracteriza por un común denominador: tele-ver, y, como consecuencia, nuestro video-vivir.” (1998)

Sartori afirma que los niños de hoy están aprendiendo a través del video-vivir y el tele-ver, mutando así un proceso mental importantísimo: el del análisis. Según el autor, somos animales simbólicos que comprendemos las formas naturales, esto ha sido parte de la evolución humana que nos ha hecho avanzar intelectualmente, permitiéndonos así la lectura, el análisis profundo y el pensamiento. Menciona que los seres humanos observamos, analizamos lo que observamos, decodificamos los símbolos y luego pensamos. Es así como funciona nuestro cerebro a la hora de, por ejemplo, leer.

La crítica que hace Sartori tiene que ver con el entender a través de las imágenes, porque en el proceso del entendimiento, se salta totalmente el paso de decodificación de símbolos. Sartori (1998) recalca que “la imagen se ve y eso es suficiente, y para verla basta con poseer el sentido de la vista.” No permite desarrollar el proceso de análisis de símbolos y posteriormente, de pensar de manera profunda. “El problema es que el niño es una esponja que registra y absorbe indiscriminadamente todo lo que ve (ya que no posee aún capacidad de discriminación)… el niño formado en imagen se reduce a ser un hombre que no lee.”

El mundo se enfrenta al movimiento tecnológico que termina siendo un arma de doble filo. A través de estos avances, se puede desarrollar intelectualmente al niño de una manera acelerada, ya que está en contacto constante con información de todo tipo. Pero, ¿qué tipo de información está absorbiendo el niño? ¿Se están formando niños que no leen? He ahí el grave problema.

Magdalena Padula es profesora desde hace más de 30 años de la misma escuela en Venezuela educando a niñas entre 3 a 6 años. Para comprender mejor los cambios que la tecnología ha generado en los niños, se le preguntó qué tipo de cambios conductuales observa en sus pequeñas alumnas si las compara con las que educó hace más de 20 años:

“Con respecto a los cambios en las niñas en conducta, que si ha sido positivo o negativo… no siento que sea negativo, al contrario. Creo que parte de todas estas nuevas tecnologías que ellas han aprendido, que ya son parte de su diario vivir, las hace tener más confianza en si mismas, las hacen ser más abiertas.” (2015)

Además, la maestra Magdalena menciona que las profesoras, especialmente las de preescolar, han aprovechado la tecnología para desarrollar actividades innovadoras que el internet les proporciona. Pero por otro lado, resalta algunos aspectos negativos de la conducta de las niñas con el advenimiento de la tecnología: “Sí me preocupa el hecho que los niños pasen mucho tiempo con estos aparatos porque se ponen sedentarios, no usan su parte motora como lo utilizaban antes cuando salían a un parque a jugar. Yo creo que ahí está el problema.” (2015)

Agrega que en muchos casos también se ve como los padres abusan del poder hipnótico que posee la tecnología en sus hijos para manipularlos a su comodidad. A través de sus experiencias de 30 años de educación observa un nuevo factor: “Nosotros por ejemplo notamos cuando montamos a la niñas en los carros cuando se van, que la mamá prácticamente ni saluda a la niña porque está con el celular y hasta le puede entregar un Ipad para que vaya tranquila. Eso sí me preocupa porque la parte de interacción con sus padres o su prójimo se ve afectada.” (2015)

Entonces, ¿es positiva o es negativa la incidencia de la tecnología y su fuerte vínculo con los niños de hoy? Luego de estudiar los diferentes puntos de vista teóricos y prácticos, se puede llegar a una solución que los adultos deben de trabajar con mucha delicadeza: los tiempos de consumo en internet de los niños y la vigilancia de los contenidos que absorben. Como menciona la profesora Padula, la supervisión de los niños es esencial cuando ellos hacen uso de estas avanzadas tecnologías.

Otro aspecto muy importante que hay que tomar en cuenta es que ahora prácticamente los niños son comunicadores natos ya que están en contacto constante con los medios de comunicación a través de las redes sociales. Ya debería de ser obligatorio enseñarles la responsabilidad de comunicar de manera correcta, ética y con cuidado crucial. También guiarlos para que le den buen uso a la tecnología para educarse, más que entretenerse, es un punto clave para que ésta funcione a su favor. Es así como se podrá lograr que los niños desarrollen su intelecto para luego, no dejarse manipular a través de los aparatos electrónicos.

Tal cual como mencionan Pisani y Piotet (2008) en su obra de La Alquimia de las Multitudes sobre el uso joven del internet en la actualidad: “esta generación que está creciendo probablemente utilizará las tecnologías que ya está utilizando, pero adaptará su uso a sus necesidades y a su estilo de vida…”

A través de la supervisión y el manejo de tiempos de uso, se puede decir que la tecnología se convierte en algo muy positivo en la vida de los niños y su desarrollo. El peso de enseñarles cómo y cuando usarla recae en los adultos, ya que los pequeños aún no tienen poder discriminatorio de lo que está bien y lo que está mal.

Lo retrata Ortega y Gasset en La Rebelión De Las Masas (1969): “vivimos en un tiempo que se siente fabulosamente capaz para realizar, pero no sabe qué realizar. Domina todas las cosas, pero no es dueño de si mismo. Se siente perdido en su propia abundancia.” Queda en los padres, representantes y maestros enseñarles a los niños de hoy el estilo de vida adecuado, valores y responsabilidades. Hay que demostrarle a los niños su valor humano y guiarlos para evitar que se pierdan en la abundancia que ofrecen las nuevas tecnologías. Es así como podemos lograr que esos pequeños niños, que nos sorprenden cada vez más manejando como expertos la tecnología, se conviertan en adultos curiosos, activos, inteligentes y con ganas de mejorar el mundo a través del buen uso de esas nuevas herramientas que día a día, como los mismos seres humanos, evolucionan.


BIBLIOGRAFÍA

 Lipovetsky, G (2009). Pantalla Global. España: Anagrama.

Ortega y Gasset, J (1969). La Rebelión de las Masas. España: Círculo de Lectores

Pisani, F. y Piotet, D. (2009) La Alquimia de las Multitudes. España: Paidós Ibérica S.A

Sartori, G. (1998). Homo Videns. España: Santillana S.A Taurus

Trejo DeLarbre, R. (2005) El Internet Es El Futuro de Dereitos á comunicacáo na sociedade da informacáo. Brasil: Universidad Metodista de San Pablo.

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