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El “arte” de la Restauración de Arte

El trabajo de un restaurador de arte merece particular reconocimiento ya que requiere de una precisión increíble, un manejo de responsabilidad grande, y una paciencia inimaginable para lograr resultados que pueden tardar hasta varios años.

Un ejemplo de un trabajo extraordinario de restauración es aquel que realizaron a la obra “Argenteuil Basin with a Single Sailboat” de Claude Monet. Esta pintura fue realizada en 1874 y por tanto su fragilidad es considerable. Un “terrorista” la golpeó en el centro causándole una ruptura triangular. De inmediato trataron de recuperar todos los pedazos de pintura que habían caído aunque algunos se pulverizaron, y no pudieron ser adheridos de nuevo a la tela. Algunos pasos que se siguieron en este caso (y que no son exclusivos de este caso ya que también se aplican en otros similares) fueron los siguientes.

Se probaron las pinturas y barnices que Monet usó para identificar cuales materiales modernos podrían ser más compatibles con aquellos usados en el siglo XIX. Se dedicó mucho tiempo a la investigación de la técnica artística del autor de la obra (en este caso Monet) y a las soluciones que otras instituciones aplican a situaciones similares.

Antes de comenzar, se removió el marco. La mayoría de los ajustes fueron hechos desde la parte trasera de la obra. Antes de voltearla, se aplicó una especie de tela protectora a la superficie frontal, tela que había sido tratada con un pegamento especial que le da fortaleza a la pintura temporalmente y que es fácil de remover cuando termina el proceso. Al reverso de la tela, las orillas rotas tuvieron que ser aplanadas, alineadas y reincorporadas unas con otras utilizando un microscopio, utensilios finos y adhesivos. Éstos últimos fueron desarrollados hace más de 40 años en Alemania. Al terminar, se removió la tela protectora para reinsertar los fragmentos de pedazos que pudieron salvar en el accidente. A aquellas áreas donde faltó la pintura original se le aplicó un yeso con pigmento para finalmente retocar la obra con “watercolor”.

Este es uno de los casos exitosos de la restauración de una obra. Como han de imaginarse existen también “fracasos” en este tipo de actividad, los cuales son fuertemente criticados y generan mucha atención, más atención que los casos de éxito. En mi opinión, debemos de tomar en cuenta la labor tan grande, así como su grado de dificultad, que estos expertos llevan a cabo y la responsabilidad con la que cargan al realizar un proyecto así. Al final, es mucho exigir la perfección de cualquier ser humano en cualquier situación que la busquemos.

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