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El amplio impacto de la violencia doméstica

María Salguero sabe cómo aprovechar su experiencia como ingeniera geofísica en favor de las mujeres. Desde 2016, ha estado rastreando casos de femicidio (también conocido como feminicidio) en todo México. El femicidio es el asesinato deliberado de una mujer o niña debido a su género.

Cada año, hay decenas de miles de mujeres, hombres y niños desaparecidos en México, la mayoría de los cuales se cree que han sido torturados y asesinados. Según cifras del gobierno, solo en 2018 había más de 38,000 «desaparecidos». Salguero ha estado construyendo una base de datos con información sobre mujeres que han sido asesinadas, porque las cifras oficiales tienden a minimizar notablemente el problema. Las mujeres asesinadas están al final de un trágico espectro de abusos de mujeres a manos de hombres.

La violencia de pareja es el tipo más común de agresión que sufren las mujeres en todo el mundo, tanto en los países en desarrollo como en los países industrializados. Un gran número de mujeres sufren violencia física y una proporción significativa entre ellas también son víctimas de violencia psicológica. Sin embargo, muchas mujeres no denuncian el abuso que sufren debido a las normas culturales y el temor a represalias.

 

Costo económico

La violencia contra las mujeres tiene un alto costo económico para la sociedad. De acuerdo a ciertas investigaciones, el femicidio cuesta el 0.31 por ciento del producto bruto interno (PBI) en América Latina, comparado con el 0.12 por ciento a nivel mundial. Además, las víctimas de violencia doméstica pierden millones de días de trabajo remunerado y de días de productividad familiar al año.

 

Alcance de este fenómeno

El alcance de este problema es igualmente grave en la mayoría de los países del mundo. Según una investigación reciente realizada por James Alan Fox, un criminólogo de Northeastern University y la estudiante de doctorado Emma Friedel, cuatro mujeres al día son asesinadas por violencia doméstica en los Estados Unidos.

En Rusia, por ejemplo, más de 14,000 mujeres son asesinadas cada año en actos de violencia doméstica. Y en China, según una encuesta nacional, un tercio de los 270 millones de hogares del país enfrentan la violencia doméstica.

La violencia doméstica también abunda en la mayoría de los países africanos. Según un informe de las Naciones Unidas, la violencia doméstica en Zimbabwe representa más de seis de cada diez casos de asesinato. En Kenia y Uganda, el 42% y el 41%, respectivamente, de las mujeres encuestadas informaron haber sido golpeadas por sus esposos.

La violencia doméstica también está muy extendida en los países árabes. Los estudios realizados en el mundo árabe muestran que el 70 por ciento de la violencia ocurre en las grandes ciudades, y que en casi el 80 por ciento de los casos los responsables son los jefes de familia, como los padres o los hermanos mayores. Tanto los padres como los hermanos mayores, en la mayoría de los casos, afirman su derecho a castigar a sus esposas, hijos y otros miembros de la familia de la manera que consideren apropiada.

 

Efectos físicos y mentales

Las mujeres víctimas de violencia sufren una amplia variedad de problemas de salud, como daños a órganos y huesos, aborto espontáneo, exacerbación de enfermedades crónicas, problemas ginecológicos e infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH / SIDA. A menudo, también sufren problemas psicológicos de larga duración, como depresión, trastorno de estrés postraumático, alteraciones del sueño y de la alimentación, angustia emocional y suicidio. A menudo, los abusadores prohíben a sus víctimas, en su mayoría mujeres, perseguir oportunidades de carrera y otras actividades de educación y empoderamiento personal.

Organizaciones como el Santuario para las Familias en la ciudad de Nueva York están capacitando a sobrevivientes de violencia de género para encontrar empleos con salario digno en el competitivo mercado de la ciudad de Nueva York.

 

Efecto sobre los niños y la familia

En todo el mundo, el porcentaje de mujeres maltratadas durante el embarazo es del 25% al ​​45%. La violencia doméstica por parte de una pareja se ha asociado con tasas más altas de mortalidad y morbilidad infantil.

Debido a que los niños a menudo se encuentran en medio de tales disputas, también se ven afectados por la violencia doméstica. Una encuesta del gobierno de los Estados Unidos encontró que el 27 por ciento de los encuestados dijo que sus hijos también habían sido víctimas de violencia, particularmente de naturaleza psicológica. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), hay un 45 a 60 por ciento de posibilidades de abuso simultáneo de niños en hogares donde ocurre violencia entre parejas.

Los niños que crecen en familias donde hay violencia doméstica son propensos a una amplia gama de trastornos del comportamiento y emocionales. Uno de cada tres niños abusados ​​se convierte en un adulto abusador o en víctima de abuso. A menudo, las cicatrices psicológicas en los niños que han visto cómo golpean a sus madres duran varios años. Entre esos efectos se encuentran la preocupación excesiva o la tristeza, la culpa, las mentiras frecuentes, la vergüenza y el miedo al daño o al abandono por sus padres. 

 

Mirando el futuro

Debido a la magnitud de este fenómeno, se está construyendo un movimiento global para lograr una acción más efectiva para disminuir este problema. Sin embargo, a nivel mundial, la respuesta sigue siendo inadecuada. En los EE. UU., por ejemplo, hay más refugios para animales que refugios para mujeres maltratadas. Para poner fin a la violencia mundial contra las mujeres es necesario aprobar y hacer cumplir sistemáticamente la legislación apropiada para la protección de las mujeres. También exige que evaluemos la magnitud real del problema y eduquemos a nuestras sociedades sobre el valor y los derechos de las mujeres y las niñas. Promover activamente la igualdad de género puede ser la mejor prevención contra la violencia futura.

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