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Juan Eduardo Fernandez

El doble de Laureano Márquez

Nunca he sido bueno en los deportes, porque justamente nunca se me dio la oportunidad en la escuela de jugar, nada. Para hacerles el cuento corto: yo era el niño “Que mala suerte” y es que, en mis tiempos, a la hora de conformar un equipo de cualquier cosa en el cole, todos nos poníamos pegados a la pared y los capitanes iban seleccionando a los jugadores; por ejemplo: «dame a Carlitos, dame a Pedrito, a Luis», y así, hasta que quedaba yo de último y entonces a quien le tocaba seleccionar decía: “Que mala suerte”.

Pero no todo era malo; pues, al no tener que jugar nada, tenía más tiempo de leer y de ver TV, dos pasatiempos que me prepararon (sin yo saberlo) para desarrollar dos oficios que más que trabajos son una pasión: la escritura y la comedia. 

Tengo la fortuna de haber crecido en los años de La Radio Rochela y me divertía muchísimo con: El Portu Francisco, Los Colombianos, Gustavo el Junior y por supuesto con las parodias a los políticos. Podría decir que una de las personas que me animó, o que sembró la semilla de la comedia en mí fue Juan Carlos Pérez, hermano de mi tío Giovanni, quien me decía: “Carajito tu pareces hijo de ese tal Laureano Márquez, te pareces físicamente mucho a él y hasta gracioso eres». 

Así que gracias a Juan Carlos, comencé a entrenar para parecerme a Laureano. Era conocido que Márquez era un tipo muy inteligente por lo que me puse a leer de política, filosofía, arte, teología. En cuanto a lo físico y para poder parecerme en verdad a este ídolo de la comedia, comencé a degustar: callos a la madrileña, fabada asturiana, cocido gallego, pulpo, empanadas, y todos esos manjares que contribuyen a tener una “barriga deseable” (que afortunadamente aún ostento).

A medida que iba creciendo, mi parecido con Márquez era cada vez mayor, de hecho en el liceo y posteriormente en la Universidad era conocido por el mote de “Laureanito”. Mi encuentro con este gran cómico Venezolano ocurrió gracias a mi entonces profesor de filosofía Virgilio García (hoy también comediante), quien me mandó a entrevistar a Laureano acerca de la Postmodernidad. Márquez al verme exclamó:

– Chamo, pareciera que me estoy viendo en un espejo, eres igualito a mí. Siento que hablo conmigo mismo (o bueno más o menos algo así).

Sus palabras me hicieron seguir adelante, de hecho mi meta se convirtió en una obsesión: yo tenía que ser el doble de Laureano.

Comencé a leer más y también a comer más, parecía que lo estaba logrando… Pero Laureano perdió el norte. Por alguna razón que desconozco, él comenzó a cuidarse, a hacer ejercicio y a bajar de peso. Algo que yo obviamente no vi, pues seguí comiendo…

Han pasado años de esto, y aún sigo luchando por ser el doble de Laureano. Según mi nutricionista falta poco, pues Laureano debe pesar como 70 kilos, y a mí me debe faltar poco para llegar a 140 Kilos. Es decir, el doble de lo que pesa Laureano.

Moraleja: Sé específico con el universo cuando le pidas algo, pues, por lo visto, todo se lo toma textual.


Photo Credits: Shane Byrd

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