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Despertó el Nacionalismo

Los mexicanos somos buenos para criticarnos, hablar de nuestros defectos, decir que somos flojos, ignorantes y creer que cualquier país está mejor que el nuestro. En las familias refuerzan sus defectos y callan sus cualidades, son modelos de aprendizaje que cargamos, traumas que compartimos desde la conquista, las guerras civiles y las invasiones que ha sufrido nuestro país. Pero, sufrimos de memoria a largo plazo, recordamos lo más reciente, dicen que lo que vivimos es lo peor de la historia con el peor presidente, se olvida que hemos tenido a peores y que todos nos han dejado una dosis de resentimiento. El general Miramon, pidió un préstamo de un millón de pesos a la casa suiza Jecker y se comprometió a pagar 15 millones que el gobierno de B. Juárez no reconoció. El gobierno francés lo asumió como propio y fue el pretexto para la intervención francesa. La conquista, las invasiones, los conflictos bélicos, la sumisión a la cultura de los españoles, los franceses y los gringos, nos hicieron perder la identidad, el idioma, las costumbres, hasta nos impusieron la religión. La pobreza, producto de años de conflictos, expulsó a la población, muchos se fueron con los gringos, aceptaron que los explotaran. El éxodo quedó como un asunto histórico, sigue sucediendo y es lo que amenaza el nuevo Presidente, correr a los paisanos.

Pero no nos gusta la crítica de los extranjeros, eso sí, no lo permitimos. Desde su campaña electoral Trump nos agarró de Chivo expiatorio, nos llamó violadores, criminales, México se convirtió en el blanco de sus ataques, sus obsesiones fueron creciendo al grado de tenernos miedo. Nos amenaza con la construcción del muro, no encuentra la manera de cobrarnos su capricho, en su paranoia quiere cerrar las fronteras al otro chivo expiatorio: los musulmanes.

Cada cierto tiempo el orden mundial, sufre crisis económicas causadas por los políticos enfermos de poder, ahora el peligro acecha a uno de los países más poderosos del mundo, cuando Trump lanza sus proyectos desquiciados, la tierra tiembla. Critican a Peña Nieto por no negociar sus caprichos, pero con este narcisista, no se puede negociar, urge ser firme, no tenerle miedo y no intimidarse por sus amenazas.

Cada afrenta a nuestro país despierta el amor por México, se organizan en las redes dando lugar a nuestra bandera, llaman a boicotear a las empresas norteamericanas y eso está dando resultados, ya están resintiendo la ausencia de clientes.

La relación comercial con los gringos se está resquebrajando, pero tenemos que ser cuidadosos y no dejarnos llevar por el odio, las empresas en nuestro país, emplean a mexicanos y consumen nuestros productos. Lo bueno es que el caos en el que nos encontramos puede traer resultados positivos, sacarnos de nuestro sitio de confort, obligarnos a dejar de quejarnos y a ocuparnos, a presionar a los políticos a que laboren con honestidad. Este despertar del nacionalismo, recuerda la expropiación petrolera en el gobierno de Lázaro Cárdenas, no hay mal que por bien no venga, esta crisis es un llamado a la unidad nacional.

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