Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

¿Derrotará al cáncer el virus de la poliomielitis?

En 1890, un médico italiano encontró el cáncer de cuello uterino en unas trabajadoras sexuales, y notó que el mismo entró en remisión cuando éstas fueron vacunadas contra la rabia. Varios años después, el médico recorrió el campo de la Toscana inyectando a mujeres con la saliva de un perro con rabia. Los resultados de esos tratamientos, sin embargo, no se registraron.

En 1904, una mujer italiana pasó por dos experiencias desagradables: fue mordida por un perro, presumiblemente con rabia, y se le diagnosticó cáncer de cuello uterino. Se le administró la vacuna contra la rabia por la mordedura del perro y después su tumor «enormemente grande» desapareció – «il tumore no esisteva più». La mujer vivió libre de cáncer hasta que murió en 1912.

Sobre la base de estas experiencias, el doctor Nicola De Pace informó en 1910, que varias otras pacientes con cáncer de cuello uterino recibieron la vacuna contra la rabia a base de un virus atenuado, incapaz de producir la enfermedad. De Pace indicó que los tumores en algunas pacientes se redujeron en tamaño, aunque todas ellas tuvieron una recaída de su cáncer y murieron como resultado del mismo.

El glioblastoma multiforme (GBM), también conocido como glioblastoma, es el cáncer más común y más agresivo que comienza dentro del cerebro. Es, también, uno de los cánceres más difíciles de tratar. Para poner su peligrosidad en contexto, el senador norteamericano Edward Kennedy, que tenía todos los recursos económicos y científicos disponibles, sobrevivió sólo 15 meses después de que se le diagnosticó un tumor de este tipo. Esta es la supervivencia media estadística para los pacientes con GBM.

Un grupo de médicos y científicos quizá tenía estas experiencias en mente cuando decidió tratar este tipo agresivo y letal de cáncer con un virus de la poliomielitis modificado. Este virus mata las células cancerosas, pero no las células normales, ya que su capacidad de crecer depende de anormalidades bioquímicas que solo están presentes en las células cancerosas.

El Dr. Matthias Gromeier, un biólogo molecular de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, llevó a cabo la ingeniería genética del virus de la poliomielitis mediante la eliminación de una secuencia genética clave con el fin de hacerlo inofensivo para el paciente. El virus modificado se inyecta directamente en el tumor, para asegurar que sea suministrada la cantidad máxima de virus.

Una de los primeras pacientes tratadas con el virus de la polio modificado fue Stephanie Lipscomb, estudiante de enfermería de 20 años de edad. Ella había estado experimentando dolores de cabeza continuos cuando, en 2011, los médicos encontraron un glioblastoma del tamaño de una pelota de tenis en su cerebro. A pesar que el 98% del tumor fue extirpado quirúrgicamente, y luego recibió radioterapia y quimioterapia intensa, no se pudo evitar la recaída.

En ese momento Stephanie estaba dispuesta a intentar cualquier cosa. Cuando se le ofreció la posibilidad de infectar directamente al tumor con el virus de la poliomielitis modificado, ella aceptó con entusiasmo. Los médicos le explicaron que el virus de la polio modificado elimina un escudo protector del cáncer, permitiendo que el sistema inmune pueda actuar más efectivamente contra el tejido tumoral.

Después de tres años de infundir el tumor con el virus de la poliomielitis modificado, el tumor desapareció. No todos los pacientes sometidos a este tratamiento tuvieron tan buena evolución. Sin embargo, los resultados con Stephanie fueron tan prometedores que la Administración de Alimentos y Medicamentos los Estados Unidos decidió conceder a esta intervención médica la calificación de «estado de avance.»

Estado de avance significa que la Fase II del ensayo ( la Fase I se había completado) se podrá ampliar a aproximadamente 40 instituciones de todo el país involucrando a cientos de pacientes. Si los tratamientos avanzan satisfactoriamente, se le permitirá a la Universidad de Duke obviar la tercera fase del juicio y hacer que esta terapia innovadora esté a disposición de todos los que la necesitan. El grupo de Duke también ha planeado futuros ensayos clínicos en pacientes con otros tipos de cáncer.

Aunque algunos resultados de este tipo de tratamiento sean alentadores, hay que ser cautos en la predicción de su utilidad futura. Todavía en el camino pueden surgir más decepciones. Sin embargo, para aquellas personas que han sobrevivido, el tratamiento les ha dado una nueva oportunidad de disfrutar de la vida. Hoy en día, se están probando muchos otros virus, ya sean solos o en combinación con otros tratamientos existentes.

Stephanie Lipscomb, que era una paciente del ensayo clínico que comenzó hace cuatro años, se ha convertido en una enfermera especializada en oncología pediátrica. Ella cree firmemente que esta es su forma de contribuir a la sociedad, prestando servicio a los niños afectados por distintos tipos de cáncer. Stephanie es el testimonio viviente de que, al menos por ahora y en algunas circunstancias, el cáncer puede ser derrotado.

 

El Dr. César Chelala llevó a cabo investigaciones en genética microbiana en el Instituto de Investigaciones en Salud Pública de la Ciudad de Nueva York.

Hey you,
¿nos brindas un café?