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Derroche en las campañas

La capacidad de razonamiento nos alejó de la capacidad de sentir, el homo sapiens se volvió el peor depredador, el peor enemigo de su propia especie y de las otras con quienes comparte el planeta. Las normas sociales que dicta la razón ética, han sido violadas y no encontramos la manera de vivir en paz, hemos creado un mundo violento que no se había visto en otras épocas. Tantos estímulos nos mantienen con la alarma del cerebro en alerta, igual que para los animales, la consigna es: correr o pelear. Defendemos el espacio vital como los animales defienden el territorio, estamos a la defensiva. Inmersos en tanta violencia perdimos la seguridad y la confianza, y cada quien actúa movido por el instinto de supervivencia.

La agresión sin sentido, muy sui generis en el ser humano, es resultado del alejamiento de la moral natural y también de la dificultad creciente a actuar en grupo, nos volvimos individualistas y egoístas. La violencia indiscriminada en la que estamos sumergidos, no es la misma de los animales, la agresión en los animales tiene un propósito; conseguir comida o defenderse. La capacidad de razonar nos volvió hambrientos de poder y ambición, deseosos de acumular riqueza para llenar un vacío.

En México ya estamos en tiempos electorales y la lucha entre candidatos, una vez más, promete ser una guerra sucia. Solo buscan poder y riqueza y defender los intereses de sus partidos.

Las campañas son un derroche de recursos, impacientes, iniciaron antes de los tiempos reglamentarios, con el argumento que están dirigidas hacia los militantes de sus partidos. La pregunta para el INE (Instituto Nacional Electoral) es: ¿los que no somos militantes tenemos que soportar el doble mensaje?

Las campañas son de tan pobre calidad que lo único que generan es un hartazgo, emociones encontradas entre los ciudadanos: coraje, impotencia, frustración. Es indignante asistir a las partidas millonarias destinadas al INE en un país como el nuestro con tantas necesidades importantes.

Las sociedades democráticas tienen que educar a los ciudadanos para que sean capaces de vivir en armonía, para que se involucren y participen de manera activa propositiva y constructiva en las instituciones. Con la pena, hasta el país que se siente líder en democracia, nos presentó la peor campaña hecha con todas las artimañas para que ganara Trump. Es un hecho: los candidatos no son modelos de honestidad, llegan a servirse, no a servir. Nos enteramos cada vez más de sus mentiras, falta de lealtad, cinismo, disputas. No escuchamos propuestas inteligentes que digan cómo van a resolver los graves problemas de nuestro país. Se ufanan como si fueran rockstars, o estrellas de cine: con luces, cámara, acción, todo se resuelve por arte de magia. ¡Qué incongruencia!, en las clínicas y hospitales del sector salud los pacientes sufren la carencia de medicamentos. La autoridad hace la vista gorda con la delincuencia, proyectos van y vienen y no son capaces de controlarla. Lo primero que tendrían que hacer es recuperar la confianza, esa que nos han pisoteado. Exigimos que presenten proyectos a profundidad para resolver tanta violencia, un problema que afecta la economía, el turismo, y la salud mental de los ciudadanos; la paz es uno de los valores más preciados, y esa, no existe en México. El narcotráfico ha transformado a todas las sociedades del mundo, tanto al que consume como al que trafica. Es lamentable encontrarnos entre los países más violentos del mundo. Que quede claro. “puede existir orden sin democracia, lo que no puede funcionar es la democracia sin orden”.

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