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fabian soberon
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Contra el fanatismo

Bertrand Russell combatió toda su vida el fanatismo. Tal es así que en varios de sus textos se refirió a este problema. Si la ciencia y la filosofía pudieran ayudar a disminuir el fanatismo el mundo sería menos injusto. Sospecho que a varios filósofos les ha interesado este objetivo. Un filósofo que se encontraba en una corriente muy distinta a la de Russell, Albert Camus, también escribió contra el fanatismo. ¿Qué otra fuerza que la razón, o la comprensión de la ética desde la razón, podría ayudarnos a mejorar nuestra relación con los otros?

Dice Russell en Historia de la filosofía occidental: “En la agitación de los fanatismos en pugna, una de las pocas fuerzas unificadoras es la veracidad científica, con lo que quiero dar a entender el hábito de basar nuestras creencias en observaciones e inferencias tan impersonales y tan apartadas de todo prejuicio local y temperamental como es posible en los seres humanos”.

Russell esgrime la veracidad científica como una forma de unificar fuerzas en contra del fanatismo. Es cierto que la veracidad no es la única manera pero sí es verdadero, me parece, que la elucidación de las posturas desde el punto de vista de la razón puede ablandar las ciegas pasiones de los soldados del odio.

Russell indica que el análisis lógico de las proposiciones (la escuela filosófica a la que él pertenece) ha contribuido con esta dirección del pensamiento. Dice: “Haber insistido en la introducción de esta virtud en la filosofía y haber inventado un poderoso método mediante el cual puede hacerse fecunda, son los méritos principales de la escuela filosófica a que pertenezco”.

Quizás podríamos esperar que el beneficio mayor de la filosofía sea producir un entendimiento de las taras de los humanos y del origen irracional de los odios entre culturas. Podríamos decir que el propósito de la filosofía no es la preparación para la muerte (como quería Platón) ni la construcción de un cielo en la tierra sino la disminución de nuestra vocación dogmática. De este modo, la filosofía no es una preparación sino una forma racional de calmar nuestra tendencia a defender una única verdad. Por tanto, la filosofía es una forma de desarmar el fanatismo religioso, étnico, económico y cultural.


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