Un oasis en el corazón salvaje de Petare
Un lugar donde había un depósito de chatarra, un basurero, y una familia vivía alojada en un autobús abandonado, se convirtió en un espléndido complejo deportivo, luego de una consulta a la comunidad, en el barrio más grande de Latinoamérica.
Petare es el barrio más grande de Caracas y también de toda América Latina. Acaso se cuente también entre los más peligrosos del orbe. La gente de Petare es aguerrida pero hermosa, coqueta, pero a la vez muy aguerrida. El mercado popular que está en los alrededores de la estación Petare, del Metro de Caracas, está presidido por una imagen inmensa de Santa Bárbara; esa santa pagana, que fue bajada de los altares por Juan Pablo II. Se vende desde tabaco hasta lingerie barata, pasando por aguacates.
Carlos Scull, Gerente del Complejo Deportivo Mesuca, explica que el proyecto comenzó hace 3 años. Se trata de un lugar donde se depositaba chatarra, había un basurero cerca, y – en el espacio donde hoy están las oficinas – vivía una familia. Había otra familia que vivía dentro de un autobús abandonado. Todo esto implicaba que en el sitio había mucha insalubridad, todo tipo de vicios, venta de drogas y crimen.
Data dura
Alguna data dura de Scull: “Atendemos actualmente a más de 1.500 niños y jóvenes en el polideportivo; contamos actualmente con 8 disciplinas deportivas: fútbol, natación, baloncesto, voleibol, rugby, porrismo, kung fu, y bailoterapia; tenemos equipos competitivos en casi todas las disciplinas, por ejemplo, en fútbol, nuestro equipo se llama ‘Deportivo Mesuca’ y juega la liga municipal; el polideportivo se inauguró en diciembre del 2013 y la alcaldía invirtió cerca de 32.000.000 de bolívares para esta obra; el Complejo Deportivo Mesuca se ubica en la comunidad de Mesuca, que es parte del barrio de Petare, donde hay más de 600.000 habitantes y se considera uno de los más grandes del continente”.
Pero, ¿cuál es la narrativa que subyace tras esta historia? Muy sencillo: Se hizo un concurso con la comunidad, para ver qué se podía hacer con ese espacio. Salió la idea de hacer un complejo deportivo. Fue una idea de la propia comunidad, conjuntamente con la Alcaldía de Sucre.
Scull revela los entretelones del proyecto: “El alcalde Carlos Ocariz fue quien tuvo la visión madre del complejo. Fue algo muy innovador. Habíamos visto casos similares, con canchas de fútbol, en la ciudad de Medellín, donde se ha desmontado la violencia, especialmente interviniendo las zonas populares. La visión del alcalde Ocariz es que todo el mundo tenga acceso a lo mejor”, se limpia una gota de sudor de la frente.
Sobre la participación de la empresa privada, hay que decir que Empresas Polar ha brindado apoyo en actividades puntuales, con algunas donaciones de material deportivo. Polar está canalizando su apoyo, a través de la marca Gatorade. “Nos han ayudado muchísimo con los torneos, por ejemplo. Queremos que los muchachos tengan la oportunidad de competir, y Empresas Polar nos ha aportado las medallas, instalaciones de audio, para que los muchachos vivan de verdad la experiencia de estar en un evento deportivo de calidad”, enciende los parlantes.
Un experimento
“Esto ha sido un experimento. Muchas madres no habían tenido la oportunidad de que sus hijos nadaran en una piscina, algunos muchachos de 14 años le tenían miedo al agua, y ni siquiera sabían nadar, la mamá se tenía que meter con ellos. Hemos hecho torneos”, celebra Scull.
Otra cosa muy importante –remarca el portavoz- es regularizar horarios de entrada y de salida. Es decir, forjar una disciplina. Ahora van a comenzar a trabajar con una psicóloga de la Universidad Metropolitana. Tienen muchachos con mala conducta, a veces citan a un representante y no aparece, algunos niños pasan el día entero, y no saben dónde están los padres.
Carlos Scull, sobre los 40 años, los ojos azules y apacibles, ofrece una última perspectiva: “Tomamos el ejemplo de una escuela de la ciudad de San Francisco (Estados Unidos), y vamos a implementar la meditación en el complejo deportivo. Meditación de cerrar los ojos, y hacer respiración. No es algo religioso, sino más bien psicológico. La idea es ayudar a los muchachos a reducir los niveles de ansiedad”, vuelve la vista sobre el par de espléndidas piscinas, y respira profundo.