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Carol, de Todd Haynes

Infiernos malditos de los 50s, la novela al cine de la novelista Patricia Highsmith

Una rivalidad en el art Deco? Ninguna, algo tiene que fallar en este gran filme de Todd Haynes, Carol, basado en la novela The Price Of SalT, de Patricia Highsmith, la justicia, la represión a los sentimientos, el cine negro y heterosexual, que nadie entendía sino los críticos; a un viaje por los 1950s de Eisenhower y el Swing, entre otros. La moda femenina no tanto la masculina que es un desastre, y hasta muy entonaditos los dibujantes del pasado por la fotografía. Edward Lachmann es el fotógrafo de este filme..

Campean las emociones porque ahora van a entrar a escena la vieja buenona, Cat Blanchett (Carol), not in a deceitful, y la chica jazz blue, Rooney Mara, como la new comer (digo en cine de adaptación histórica), – no Teresa, Therese, fantástica.

A Cate Blanchet que siempre la vemos así, despampanante, Reina Isabel I, con la que conquistó mi interés por sus trabajos. Babel, 2006. Australiana de New York (la de Blue Jasmine, 2013, de Woody Allen), la más Marilyns entre las Marilyn exhibidas, con menos tetas, con dos Òscares, aparece allí plantada o sentada en lo que fue la primera mitad del siglo XX, el arte y la simplicidad de las viviendas de la post guerra, el planeta Hollywood, las intrigas que llevan a acusaciones que son de inquisidores ingleses, abogados detrás de las leyes y después de ellas para sofocar y provocarte la locura.

Una mujer casada, Carol Aird, – que le dice al esposo, no importa el sexo con Therese, en un amor entre tu y yo, no termina nada al lado de nuestra hija. La irritación de la mujer equitativa. Su tercer Oscar en el bolsillo lo más seguro, a la plenitud en la belleza artística, a sus ojos verdes color jardín de apuras. Ganará el del Sindicato de actores. Por lo menos.

Adaptación sublime de la novela, triunfa la literatura una vez más pero en el cine, cuando no, si se critica lo suave y burgués de los trajes en este filme, casi o sin nada picante, de un Haynes que poco arriesgó en Far From Heaven, 2002 lo mismo lo hace aquí, en un género olvidado. I m Not There, 2007, con Cate ganadora del Oscar de reparto, con Heath Ledger, in memoriam y Cristian Ball. Otros filmes de Haynes, Poison, Swoon, entre otros. Un director en busca de una actriz, no para llevarla a un prostíbulo desencadenado. No es Bette Davis, la hetero psicótica.

El rol protagónico compartido es con Rooney Mara, la actriz de New York, como Therese que ganó la Palma de Oro (¿la palma de oro para un papel de lesbiana?) … este año por este filme. Había sido nominada antes al Oscar por The Girl with The Dragon Tattoo, 2011.

En un filme de mujeres o acerca de las mujeres. Quedaron muy mal parados los hombres, ninguno fue solidario con ellas. Los moteles cuando eran espiados para los escándalos. Todo el mundo iba armado a los moteles, y ahora todos los narcos, y las narcas de Píndaro. Uno ve que todos están contaminados con el cigarrillo y todo lo tapan con el excesivo maquillaje, pero felices, Fumando Espero.

Ya las veías en los tribunales y en la hoguera para brujas, elevadas a la quinta esencia del arte de la literatura en el cine, con oro bando en bandolera. Un ejemplo de esa época, James Age, el gran guionista de los 50s, que escribía los guiones compitiendo con el género noir en novela. Las uvas de la ira lo iban a enloquecer años más tarde. Phyllis Nagy es el guionista del filme.

No es el cine cruel de las lesbianas del cine mejicano, el viaje a lo desconocido, mejor, en el cinematógrafo, la fotografía cuando encuentra su grandeza en el blanco y negro, permanece en las gavetas de los archivos en papel. La memoria del Séptimo arte, 120 años más 30 de la fotografía.

Una película sin ningún muerto a pesar de la sofisticada pistola para señoras del oeste que lleva en la maleta Carol, cine negro o de la mafia del deseo en los coches o carros oscuros, muy cerrados, que se convierten en cámaras con el ojo a contraluz. Muy fácil mirar la imagen que tu no ves como espectador.

No fue la adaptación de una recreación fascista, claroscuro e iluminación expresionista, o al estilo de John Huston desde El Halcón Maltés, 1941, las novelas de Dashiell Hammett,y Chandler, Rainer Werner Fassbinder en los 70s (Las amargas lágrimas de Petra Vont Kant).

Queda el gusto por el arte, de dejar la comedia trágica vencida por el amor. Hubo lleno completo, que una masterpiece alcance a oír de uno de los viejos críticos. Que, No importa el sexo, sino el amor.

 

 

 

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