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Nelson Andrés Franco Villarreal

Un café, tertulia y proyectos

Meses atrás contacté a la abogada Alba Janeth Lizarazo, quien para ese entonces acababa de tomar posesión como personera municipal de Cravo Norte. Lo hice con el fin de conseguir información de carácter importante sobre sucesos propios del municipio y efectivamente lo logré. 

Fue una conversación telefónica muy interesante, tanto así que quedaron temas pendientes, que prometimos tratar en un espacio acorde para ello. Decidimos aprovechar esa ocasión también para saludarnos personalmente y mi “cuasi colega” me manifestó en aquella oportunidad su interés en conocerme. 

Días posteriores y durante mi estadía en la localidad agendamos el encuentro en la personería municipal. Sin embargo no se pudo cristalizar; mis ocupaciones me obligaron a cancelar la reunión con la representante del ministerio público. Al poco tiempo organizamos nuevamente la agenda para reunirnos, pero por cuestiones laborales, esta vez de la doctora Lizarazo, fue imposible. 

El pasado 25 de Julio cuando se celebraba el día de la llaneridad en «La casa grande del llanero» y mientras realizaba el cubrimiento periodístico del evento, llegó el momento de encontrarnos. Inicialmente la invité a ser parte de la mesa de trabajo como invitada especial; no pudimos desarrollar lo que estaba pendiente, pues era la oportunidad para hablar periodísticamente. 

El miércoles 27 de julio, luego de aceptar la invitación a un café hecha por la doctora Alba Janeth, nos encontramos en su oficina. Llegué muy puntual y me recibió con el ya anunciado tinto. 

La universidad: plan de estudios, docentes, método de evaluación, procesos académicos, fueron el eje central de la conversación.

Los proyectos, las metas, los sueños, y muchas cosas más que como personas queremos, hicieron de la tertulia algo llamativo y muy sugestivo. 

Particularmente me cautivó la visión crítica, que nuestra personera tiene con respecto a procesos que he venido observando desde antes, mantiene además muy informada y contextualiza a profundidad sobre todo lo que observa. 

Por último y como si fuera poco, se enamoró del llano, de sus gentes, de su cultura, de su gastronomía, ya se viste de sombrero y alpargata y el café «cerrero» (sin azúcar) es ahora su favorito.


Photo Credits: jen

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