Primero quisiera felicitar a Paul Guillén, Giancarlo Huapaya, Cristian Medina y Maggie Messerschmidt por brindarnos un magnífico libro, bellamente editado. Hay que señalar que Cardboard House Press es mucho más que una editorial. El proyecto, que se remonta a junio de 2013, cuando empezó con talleres para niños, reivindica prácticas ajenas al mercado económico neoliberal y una nueva forma de acercarse, desde muy temprana edad, a la producción del libro como una empresa colectiva. He trabajado en antologías con anterioridad y sé lo complejo que es elegir a los autores, recopilar el material y escribir un prólogo introductorio, indispensable para conocer el criterio de selección de textos y autores. Por eso se reconoce el esfuerzo de Cardboard House Press de sacar adelante un volumen de poesía de autores peruanos en una edición bilingüe en tiempos en que las editoriales son renuentes a seguir publicando poesía de cualquier tipo y procedencia.
No hay mucha discusión sobre los autores seleccionados en un trabajo compilatorio cuando el criterio de selección ha sido plenamente explicado en el prólogo y eso es lo que hace satisfactoriamente Paul Guillén. Sin embargo y siguiendo los mismos criterios que se establecen en el prólogo sí se siente una gran ausencia, me refiero a Carmen Ollé que con su libro Noches de adrenalina (1981) marcó un nuevo camino de hacer poesía con una gran carga erótica que transgredía y subvertía la heteronormatividad del sistema literario peruano. Por otro lado, el lector de esta antología de poesía peruana (del siglo XX) no va a encontrar poemas de los escritores considerados fundadores de la poesía peruana, ya que sus obras son más o menos plenamente conocidas. Tampoco podrá acceder a voces más recientes sobre todo de la década de los noventa del siglo pasado como fue el caso de la antología que junto con Carlos Villacorta nos tocó elaborar, es decir, Los relojes se han roto: poesía peruana de los noventa (Guadalajara: Ediciones Arlequín, 2005). Los autores que aparecen en esta recopilación bilingüe son reconocidos miembros de las generaciones de los años cuarenta hasta los ochenta. Vale resaltar que el criterio de selección de esta antología no es generacional. En este sentido en el prólogo se afirma lo siguiente:
Dejando de lado la categoría de «generación» nos permite dar más peso a los sistemas de la poesía contemporánea peruana: 1) el sistema del lirismo, el lenguaje de las imágenes irracionales y surrealistas; 2) el sistema de la poesía escrita en las lenguas indígenas; 3) el sistema coloquial; 4) el sistema del concretismo y postconcretismo y 5) el sistema neo-barroco» (11).
Esta apuesta por los sistemas literarios inspirada en Antonio Cornejo Polar permite comprender mejor, como bien lo señala Guillén, no tanto la aislada pertenencia generacional con sus complejas rivalidades y parricidios sino, siguiendo una apuesta diacrónica, los “fluxes, variables, and constants” (11) de la poesía peruana contemporánea.
Además, queda pendiente para una segunda edición ampliada de la antología la presencia de autores contemporáneos que representen el segundo sistema poético, precisado por Guillén, cuyas voces más destacadas serían Arguedas, Alencastre y Guardia; es decir, el sistema de poesía escrito en lenguas indígenas.
Asymmetries es una antología muy recomendable para enseñar poesía contemporánea latinoamericana en los departamentos de español de las universidades norteamericanas ya que el estudiante puede seguir de cerca el poema con su adecuada traducción al inglés, siempre necesaria.
Los autores incluidos en la antología, por orden de fecha de nacimiento como se señala en el prólogo, son: Jorge Eduardo Eielson, Blanca Varela, Carlos Germán Belli, Pablo Guevara, Rodolfo Hinostroza, Antonio Cisneros, Juan Ojeda, Luis Hernández, José Watanabe, Juan Ramírez Ruiz, Enrique Verástegui, Mario Montalbetti, Miguel Ángel Zapata, Roger Santiváñez, Eduardo Chirinos, Mariela Dreyfus. Los textos de los poetas representan los diversos sistemas señalados en el prólogo, con excepción del sistema de las literaturas en lenguas indígenas. Dieciséis poetas es un buen número para una antología que no incluye las voces fundadoras ni las más nuevas de la poesía peruana. Dos mujeres y catorce hombres.
Para finalizar se puede afirmar que toda antología puede resultar polémica por los nombres incluidos o los excluidos pero se debe respetar el criterio de selección, cuando lo hay, como en este caso de Asymmetries, muy cuidadosamente explicado por Paul Guillén en el prólogo, ya que las voces de la poesía peruana incluidas en este volumen precisamente no representan generaciones de escritores sino sistemas poéticos.