El 2020 va a quedar marcado en la historia por la “coronacrisis”.
El brote del virus Covid19 ha cobrado miles de vida alrededor del mundo y resultó tan democrático que no respetó ni a los países más poderosos. Todos los sistemas de salud están colapsando por la emergencia sanitaria.
Pasteur, quien tenía conciencia ecológica, afirmaba ya en esa época que un cuerpo sano ofrece resistencia a los microbios. Es verdad, el organismo actúa como huésped de bacterias, virus y hongos que se vuelven dañinos solo cuando el organismo se encuentra debilitado. Pasteur advirtió asimismo que el estado mental puede afectar la resistencia a la infección. El agotamiento, un cierto tipo de actitud mental, el exceso de estrés, la deficiencia en la alimentación y la constitución del paciente son barreras que debilitan la defensa hacia los invasores.
Entre los modelos de curación alternativos me voy a enfocar en la Homeopatía, fundada por el médico alemán Hahnemann, hace más de 200 años. En la visión homeopática la enfermedad es consecuencia de los cambios en la “fuerza vital” que agrupa todos los sistemas: físico, mental y emocional y hasta las creencias. La visión homeopática, analizando los síntomas, es capaz de descubrir el desequilibrio del organismo antes de que un trastorno se vuelva grave. La Homeopatía, así como otras medicinas ancestrales ha sido atacada por el sistema biomédico.
El paradigma biomédico constituye la base de la medicina científica, el objetivo del médico es intervenir químicamente con fármacos o intervenciones quirúrgicas y costosos estudios clínicos. Al especializarse en órganos y sistemas la medicina ha perdido la visión holista y se ha deshumanizado. Las empresas farmacéuticas tomaron el poder de los sistemas de salud y dejaron de lado las terapéuticas tradicionales, convirtiéndose en industrias altamente rentables. En Estados Unidos ofrecen apoyos económicos a las universidades, con la condición de dejar fuera las terapias alternativas.
En este momento crucial de la pandemia por el Covid19 los sistemas de salud gubernamentales deberían admitir que sus recursos son insuficientes y permitir a profesionales en homeopatía y otras terapias alternativas ser parte de la emergencia. Vale la pena revisar la historia. En Yucatán en 1830 se enfrentaron a fuertes conflictos bélicos. La crisis disparó una epidemia de Cólera y Fiebre amarilla y el gobierno se declaró impotente para resolver la emergencia y pidió apoyo a todo tipo de terapias incluidos a sacerdotes y chamanes.
La Homeopatía que había llegado de Europa, empezó a seguir a los enfermos con muy buenos resultados. Fueron tan importantes sus aportaciones, que la noticia llegó al presidente Porfirio Díaz quien permitió que se abriera la primera escuela de medicina homeopática en México. Hoy en día las universidades reconocidas han proliferado en nuestro país, incluso contamos con el Hospital Nacional Homeopático, en la Ciudad de México.
Como profesional Homeópata, doy prioridad al sistema Inmunológico y a la defensa natural del cuerpo contra las infecciones de virus y bacterias. El sistema actúa a través de una reacción bien organizada que de inmediato se defiende de los organismos infecciosos que lo invaden. La fiebre es una de sus herramientas, pero, por el temor de las convulsiones, la creencia general es que de inmediato hay que controlarla. El coronavirus muere o se desintegra a 50 grados de manera que cuando sube la temperatura significa que el cuerpo se está defendiendo. Sin embargo, en cuanto aparece la fiebre, las personas suelen ingerir antipiréticos y otros fármacos. El efecto interrumpe la respuesta natural del sistema inmunológico en su lucha para combatir al «invasor».
La medicina tradicional ha dejado constancia de la utilidad de las frotaciones con toalla húmeda y de las infusiones de hierbas como el Gordolobo, la canela y el jengibre, además del reposo y la hidratación.
Los antibióticos en el caso de la infección deben dejarse para casos especiales, prescribirlos cuando la infección está comenzando puede complicar el cuadro, y la mayoría de los casos son leves o moderados.
No creo en la profecía que todos nos vamos a infectar por el covid19, las recomendaciones son el autocuidado y la toma de conciencia. Con tanta publicidad seguramente ya aprendieron: lavado de manos, una sana distancia, la alimentación y muy importante para tener en cuenta: el miedo y la ansiedad alteran la respuesta del sistema natural de defensas.