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Henrique Faria Fine Art

Alejandro Puente y Regina Aprijaskis en la galería Henrique Faria Fine Art

NUEVA YORK: “Vanishing Points” y “A shifting of the Gaze” son los títulos de las nuevas exposiciones de Regina Aprijaskis y Alejandro Puente respectivamente, que la galería Henrique Faria Fine Art inaugurará el próximo viernes.

Las pinturas y dibujos de la artista Regina Aprijaskis, quien nació en Francia y se crió en Perú, pertenecen a la etapa de trabajo que realizó a partir de los años ’90 tras casi 27 años de alejamiento voluntario del arte debido a la dictadura peruana en los años ’60.

La educación artística de Aprijaskis empieza en Perú, con importantes maestros como Camilo Blas, José Sabogal y Julia Codesido, y sigue en Estados Unidos. Aquí conoce el trabajo de los artistas norteamericanos llamados “Los Irascibles” entre los cuales se encuentran Rothko, Newman, Stamos y Reinhardt y continúa los estudios en la academia “Art Student League” de Nueva York teniendo como profesor a Theodoros Stamos.

Su pintura cambia radicalmente, el color es su camino para abstraerse de la realidad y logra una obra intensa y de gran impacto emocional.

A finales de los ’60 entra en una etapa de profundo silencio artístico del cual sale en 1995 gracias a una invitación de Luis Lama, director de la sala de arte Luis Miró Quesada.

A partir de ese momento Aprijaskis vuelve a imponerse con un estilo artístico más maduro y definido. Deslumbran sus composiciones geométricas y el uso del color, la originalidad de su abstractismo, la limpieza de las líneas, la profundidad del mensaje.

La artista franco-peruana seguirá trabajando hasta su muerte en 2013.

La exposición de Alejandro Puente, argentino, está compuesta por una selección de su producción durante las décadas del ’60 y ’70, etapa durante la cual se impone como uno de los artistas seminales del conceptualismo argentino y latinoamericano.

Alejandro Puente desarrolló desde comienzos de su carrera una abstracción cuyo interés principal giró alrededor del color. Interesado por la obra de Albers y el trabajo con procesos y sistemas que desarrolló a través de sus contactos con Sol LeWitt y otros minimalistas y conceptualistas del período, Alejandro Puente no se interesó por el color como elemento formal expresivo, sino como sistema de significación. Los colores funcionan así como prototipos: denominaciones aceptadas unánimemente, como la escala cromática, que establecen un sistema de relaciones convencional, es decir, un lenguaje. Así, sus Sistemas Cromáticos se componen mediante líneas netas y planos puros de color, minimizando el trazo pictórico hasta su virtual desaparición.

El paso siguiente de su proceso creativo, fuertemente influenciado por su estadía en Nueva York entre 1967 y 1971, fue el desarrollo de su serie Elementos Modulares, ejemplo de la cual es la obra titulada “Cubo” (1967). En estos trabajos el artista abandona el espacio de la pared para invitar al espectador a insertarse en estructuras modulares tridimensionales donde el color y la estructura son percibidas en forma espacial y sensorial. Puente comenta respecto de estas obras “no distingo cuadro ni escultura. Lo que importa es la idea: otros pueden encargarse de la ejecución.

Un punto distintivo de la obra y la teoría desarrollada por Puente es que su obra de sistemas cromáticos no pretende alejarse de la referencialidad y la información ideológica, rasgo constitutivo en muchos movimientos de la época. Al contrario, Puente encuentra en su trabajo una fuerte referencia al trabajo con el color y la trama en las culturas precolombinas. Para él, el trabajo con la abstracción y el color es propio de los pueblos americanos, cuyas comunidades originarias han dominado su uso mucho antes que las vanguardias del Siglo XX lo retomaran.

Puente participó desde comienzos de los ‘60 de la intensa escena de renovación artística que tenía lugar en Buenos Aires, principalmente alrededor del Instituto Di Tella. Esta institución, dirigida por Jorge Romero Brest, organizó en 1967 la exhibición ¨Más allá de la Geometría”, que marcaría un punto de quiebre en la escena artística, en la cual participa Puente. En el mismo año el artista gana la beca Guggenheim con carta de recomendación de Sam Hunter y Clement Greenberg, quienes habían viajado a Buenos Aires en el marco de la intensificación de los intercambios y contactos con la ciudad de Nueva York mediante el viaje de artistas, curadores y exhibiciones. En 1968 una versión americana de la exhibición del Di Tella se organiza en el Center for Inter-American Relations in New York bajo el título “Beyond Geometry”.

Puente se radicaría en Nueva York hasta 1971, período en el cual consolida su contacto con Sol LeWitt, a quien había conocido en Buenos Aires; y desarrolla un fluido vínculo con Lucy Lippard, quien posteriormente viajaría a Buenos Aires por recomendación del artista. En 1970 Puente participa en Information, una exhibición en el Museum of Modern Art que marca la consagración del conceptualismo en Estados Unidos y en la que participan varios artistas argentinos de una selección que incluía a Vito Acconci, Carl Andre, John Baldessari, Bernd & Hilla Becher, Joseph Beuys, Walter de Maria, Helio Oiticica, Yoko Ono, Dennis Oppenheim, Michelangelo Pistoletto, Jeff Wall, Lawrence Weiner y muchos otros.

Alejandro Puente vivía y trabajaba en Buenos Aires antes de su muerte en 2013.

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