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Abuso sexual a las gimnastas

Estamos ante un hecho, el abuso sexual en la infancia. Es una realidad que implica la corresponsabilidad de varios sectores: los padres, la religión que ve la sexualidad como un tabú, los privilegios de los cuales goza el género masculino, la educación escolar durante la cual pocos abordan este tema de manera integral y también los intereses económicos. El abuso sexual es uno de los traumas, más difíciles de resolver, es un concepto que engloba diversas manifestaciones: incesto, violación, hostigamiento sexual y prostitución forzada. La violencia sexual contra los niños está presente en todas las culturas del mundo y en todos los estratos sociales. Es, en esencia un acto en el que se impone una relación de poder desigual entre un adulto y el niño. El niño o niña afectado carga con el trauma hasta su vida adulta, pierde la seguridad y la confianza en sí mismo, malestar que se manifiesta con enfermedades, trastornos psicosociales y sentimientos encontrados: confusión, culpa, vergüenza y autocastigo. En muchos casos llegan a la adultez sin lograr tener una vida sexual plena. Incluso, mal diagnosticados, cargan con estigmas de trastornos mentales.

Así las cosas, acaba de salir a la luz, el caso más reciente de abuso sexual en el deporte. No es el único, ni el primero. La diferencia es que, el médico Larry Nassar de 40 años, abusó sexualmente de unas cien atletas en los últimos veinte años. La jueza Rosemarie Aquilina, del Tribunal de Michigan, fue implacable, lo sentenció a un mínimo de 40 años y a un máximo de 175 en prisión.

El médico argumentó en su defensa que sus tratamientos funcionaron en las atletas; el peculiar tratamiento consistía en aplicarles “manipulación intravaginal”.

En cuanto a los cómplices implicados ellos son varios: la Federación de gimnasia que no supervisa a sus entrenadores, los entrenadores mismos a los cuales las niñas afectadas acudieron para comentarles el tratamiento del doctor Nassar sin que fueran tomadas en cuenta y los padres quienes, en el afán de que sus hijas se vuelvan famosas, permiten todo tipo de abuso, desde jornadas extenuantes de entrenamiento, hasta el abuso sexual.

Lamentablemente la gimnasia se ha caracterizado por el ambiente tóxico que muchas veces se crea entre las atletas y los entrenadores. Un ejemplo es el caso de Nadia Comaneci, ocultado en su momento, quien, a pesar de sus logros, mostraba una cara de infelicidad. A los 15 años intentó suicidarse: bebió una botella de cloro para no acudir al gimnasio.

Es muy conocido que los niños artistas también están muy expuestos al abuso sexual. Recordamos las vivencias muy comentadas de Ricky Martin quien habló con su padre de los abusos sexuales de su manager, sin que él le hiciera caso ya que lo único que le importaba era que su hijo fuera famoso.

El caso del Doctor Nassar, debería servir para que tomaran consciencia todos quienes se mueven en el mundo del deporte, así como los padres y la sociedad en general.

Es importante hablar con los hijos de estos temas, tienen que enseñarles a defenderse, explicarles lo que significa el abuso sexual, sin sobreprotegerlos o pasar al extremo de juzgar cualquier conducta con recelo y ver a todos como abusadores.

En cuanto a la prevención, es necesario que los sistemas sociales, legislativo, ejecutivo, judicial, los medios de comunicación, la sociedad, las escuelas, las iglesias y los padres, lleven a cabo foros con verdaderos especialistas en el tema. Son necesarias, políticas públicas, campañas de prevención y especialistas que ayuden de manera terapéutica a las víctimas y a los abusadores. En cuanto a las denuncias, es importante el trato humano para las víctimas mientras que a los cómplices hay que aplicarles castigo de ley, así sean integrantes de la familia. Todo eso debería estar acompañado por un proceso terapéutico y un trabajo social comunitario como una forma de lograr cambios sustanciales en los individuos.

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