Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
Jonhen Rivas

15 centímetros

VALENCIA: “¿No te duele? ¡Te sale natural!, lo haces mejor que nosotras, ¿puedo tomarme una foto contigo? Tienes que enseñarme como lo haces, ¿en serio es tu primera vez?”

Estas fueron algunas de las frases que escuché innumerables veces en el BANZAI, una versión a pequeña escala de las ‘Comic-Con’ de otras localidades, la cual se celebró en Valencia (Venezuela) el pasado 17 de octubre. Decidí asistir a la convención por invitación de varios amigos aficionados a estas reuniones, en las que se realizan torneos de video-juegos, competiciones para ver cual es el mejor ‘Cosplay’, sesiones fotográficas y presentaciones de bandas para animar el festivo contexto de unos bazares en los que pude ver varios tipos de subculturas interactuando en su ‘hábitat natural’. Desde los entusiasmados ‘Otakus’ parloteando sobre infinidad de temas de la cultura japonesa hasta los ‘Gamers’ haciendo gala de una coordinación mano-ojo envidiable, observé una gama de forma, color y movimiento totalmente nueva para mi… lo interesante de esto fue que pasé todo el evento en tacones de 15 centímetros y con un disfraz de Cruella de Vil.

Desde hacía tiempo le estaba dando vueltas en mi mente a la idea de realizar un Cosplay, el cual no lograba separar de mi esquema cognitivo del Drag, ya que ambas actividades involucran el uso de pelucas, maquillajes y ropa descontextualizada, así que cuando me invitaron al evento me dije ‘¿Por qué no mezclar ambas?’. A esta combinación se le llama ‘Genderbend’ que surge cuando utilizas un disfraz del sexo opuesto adaptándolo a rasgos propios de tu género.

Revisé mis opciones, pedí prestado una peluca en blanco y negro, un par de tacones altos y un abrigo de piel sintética (ningún animal fue herido para la realización de este Cosplay). El resultado fue una imagen bastante andrógina de Cruella (101 Dálmatas) con traje de hombre, sin maquillaje, pero con accesorios y zapatos de mujer, subsecuentemente esto generó no solo el shock de todos los que me vieron al entrar en la sala de convenciones, también me ahorró los 600Bs de la entrada que hubiese tenido que pagar de haber asistido sin disfraz.

La palabra que describe mejor mi vivencia en ese evento sería ‘asombro’ puesto que fue lo que sentí al percibir la receptividad de la gente al ver mi ‘look’ y al percibir los disfraces y vestimentas de otros, era como si las caricaturas japonesas, los personajes de videojuegos y de algunas películas hubiesen cobrado vida y se pasearan por el bazar, deambulando felices y tomándose fotos con los mortales.

Desde que entré hasta que salí no paré de recibir invitaciones de desconocidos para retratarme con ellos, descubrí que tenía un talento innato para caminar en tacones altos, cosa que confirmé al recibir elogios de una miríada de chicas que envidiaban mis andares, alegando que ellas no podrían aguantar tanto tiempo sobre esos stilettos. Me preguntaban si era modelo o si lo había hecho antes, mayor sorpresa para ellas cuando respondí que no solo era mi primer Cosplay, si no que me habían prestado los tacones ese mismo día y que con ver un tutorial de Youtube de 15 minutos le había agarrado el truco a esta destreza que parecía carente en aquellas chicas.

A pesar del calor producido por el abrigo y la peluca de Cruella, disfruté la tercera edición del BANZAI, no solo porque fue una experiencia nueva compartida con gente interesante, también porque literalmente pude ponerme en los zapatos de una mujer poderosa y segura. Descubrí que 15cm de altura extra te dan una visión completamente diferente del mundo, mejoran considerablemente el autoestima (sin mencionar la postura) y hacen maravillas por tu imagen. Sí, quizás suene excéntrico, pero en el mundo tan cambiante, variado y extravagante en el que vivimos, podemos todos usar tacones al menos una vez en la vida y disfrutar la vista desde la altura que nos proporcionan.


Photo Credits: Z S

Hey you,
¿nos brindas un café?