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Victoria Mora de Purroy

Victoria Mora de Purroy: “Solo trabajo con gente que me inspira”

Ha producido más de 150 comerciales para televisión, unas 20 producciones teatrales y decenas de eventos artísticos. Su trabajo convierte ideas en experiencias a través de exposiciones, eventos o conciertos. Su relación con los escenarios empezó a los 6 años como espectadora de Oliverio en el Teatro Nacional. Allí se enamoró perdidamente del teatro. Victoria es una de las chispas que hace posible el Venezuelan Art Festival en Estados Unidos y su interés por la moda la ha sentado en clases del Instituto Brivil en Caracas así como el Fashion Institute of Technology en New York City. Para ella lo importante es creer en la magia.

¿Hubo un hecho que motivó tu encuentro definitivo con la promoción de talentos?

Esta pregunta simplifica algo que fue un proceso de experiencias y aprendizajes. Si debo enfocarme en un momento específico, pues lo haría en el año 2010, tras finalizar el primer Venezuelan Art Festival NYC donde viví momentos increíbles y momentos bastante difíciles también. Pensé en cómo había pasado a un mundo en el que me hacía feliz y llenaba de orgullo trabajar por el protagonismo de otros. Muchas personas creen que quienes somos felices en el backstage somos personas frustradas. Nada que ver. También fue muy importante cuando estrenamos el espectáculo Casting Express en 2011. En ambas tuve la primera certeza de que impulsando capacidades viviría enteramente satisfecha.

El Venezuelan Art Festival ha sido una iniciativa trascendente en la promoción de talentos entre varias fronteras internacionales. Las cosas hechas, parecen sencillas. ¿Cómo concibieron el festival?

La idea del VAF, que inicialmente se llamó Venezuelans in NYC Festival nació de varias conversaciones entre Marcos Purroy, María Fernanda Rodríguez e Indira Leal, y luego Marco Purroy, Alfonso Rey, José Duque y yo. Para ese momento no existía ningún tipo de plataforma que integrara e impulsara a artistas Venezolanos en la ciudad. Mucho menos que los aupara a trabajar juntos. Se creó el festival, mayormente enfocado en el teatro, uniendo artistas establecidos y emergentes, venezolanos e hispanos, produciendo unos 14 eventos al año.

¿Por qué eligieron Nueva York cuando empezaron?

Marcos Purroy, nuestro Productor Ejecutivo-Fundador-Creador ya había producido múltiples eventos culturales de venezolanos en NYC a través de los años y al mismo tiempo, una de las creadoras, María Fernanda Rodríguez vivía en la ciudad en ese momento. Para ellos lo natural fue crear el proyecto allí. Era el sitio perfecto para darle vida a una iniciativa que se apoderara de distintos espacios para promover arte y cultura, contra de todo pronóstico.

Empezaste dando clases de inglés, relacionándote con el aprendizaje de un idioma. De hecho fuiste la instructora más joven en la historia del instituto. ¿Cómo vinculas el desarrollo de esas virtudes con el día a día de producir eventos?

Ser productora es muy parecido a ser profesora. Los mejores docentes, así como los mejores productores, se caracterizan por su capacidad de enseñar a los demás cual es el mejor camino para lograr los resultados que quieren alcanzar, cual es la forma más eficiente de aprender cosas nuevas. Algo que mantengo como prioridad en mi vida es que los mejores profesores, así como los mejores productores, son aquellos que saben que el éxito de los demás es el suyo propio.

¿Cuál sería tu forma de recorrer estos años de experiencia en retrospectiva? ¿En qué has acertado? ¿En qué no?

Creo que mi mayor desacierto fue que por un tiempo sentí que mi “vida anterior” de estudiante empedernida, debatiente, era algo que debía enterrar para seguir adelante. El momento en que comencé a sentirme plena en el mundo del arte y el entretenimiento, fue cuando entendí que era un inmenso error pretender dividir mi experiencia entre algo pasado, que debía ser ignorado y mi presente. Todas mis experiencias como mujer y como ser humano, con matemáticas y música me componen. Mi vida es un gran caleidoscopio. He acertado en seguir mi instinto, siempre.

¿Cuáles son las cualidades que reconoces en un artista con talento o potencial? ¿Te has equivocado escogiendo a alguien? Me contaste una vez que Marcos te dice después de los eventos ¿Y qué vio el ojo hoy?

Para mí el ver es el inicio de crear. Inicialmente cuando veo un producto,  pieza de arte, accesorio, ropa, música, danza, que me hace sentir algo, sé que de inmediato debo comunicarme con el artista. Luego cuando logro conocerlo llega la prueba de fuego. Allí creo fielmente en mi instinto. Muchas personas pueden reconocer una pieza que técnicamente puede tener éxito. Mucho se habla del “X factor”, del Je ne sais quoi, pero para mí eso es una mezcla compleja de calidad, disciplina, motivación, constancia, energía, creatividad y actitud. Por supuesto que me he equivocado con gente. Me consigo con personas cuyos egos los ciegan, con poca creatividad para crear más allá de lo que han hecho, sin mente abierta a las posibilidades.

¿Cuando produjiste tu primera producción en teatro?

La primera vez que estuve involucrada profesionalmente en la producción de un espectáculo teatral fue entre 2009 y 2010 con la icónica pieza Fango Negro: El teatro en el autobús con el Centro de Directores para el Nuevo Teatro. Al mismo tiempo trabajamos en la producción de piezas más pequeñas. Luego de Casting Express vino FUGA. Luego tuve el gran honor de trabajar con Franklin Virgüez e Ibsen Martínez en Como Vaya Viniendo. A partir de esas primeras piezas he estado a cargo de la producción artística y diseño de vestuario de decenas de espectáculos teatrales con el equipo del Centro de Directores para el Nuevo Teatro.

En una época en que Kim Kardashian es una figura pública, ¿Cómo fortaleces la imagen del trabajo por el talento?

Para mí las dificultades actuales de «trabajar por el talento» no tienen nada que ver con el hecho de tener a Kim Kardashian como una figura pública. En este sentido, la globalización ha constituido el mayor apoyo y el mayor obstáculo para quienes creemos en el talento y en promoverlo. Hoy en día las personas reciben tanta información que es complicado conseguir una fórmula infalible para lograr que el arte tome un papel más protagónico. Creo que no es nada nuevo que el arte sea difícil de impulsar y vender. En mi caso personal, ¿cómo fortalezco la imagen del trabajo por el talento? pues es sencillo: trabajando.

Cuando te acercas a alguien cuya práctica o desempeño te llama la atención, ¿Cómo sabes que su vocación es verdadera y que no solamente quiere fama y reconocimiento?

No es tan fácil saberlo, pero sí es sencillo saber «que no solamente quiere fama y reconocimiento». Jamás comienzo realmente a trabajar con alguien sin investigar su vida y su trabajo. La gente que solo quiere fama y reconocimiento siempre habla de sí misma con muchas flores y destroza a los demás. Lo primero que hago cuando estoy frente al «desempeño» de alguien es observar, escuchar y sentir. La vocaciones reales no se controlan.

¿Sientes que los medios de comunicación le dedican más espacio a la farándula que a la cultura? ¿La gente demanda esa diferencia?

El concepto de cultura es bastante amplio y creo que todos lo vemos como algo diferente. En mi caso, la farándula es cultura. No es más ni menos que una representación de lo que somos como sociedad, del tipo de personas que aspiramos ser. Si la gente no se muriera por saber en dónde come un artista o dónde se viste, dudo mucho que existieran programas, revistas, webs y libros, dedicados a ello. La farándula es ese elemento aspiracional elevado a la “N” potencia.

¿Cuál es la diferencia entre promover arte y promover entretenimiento?

No creo que exista una diferencia tan grande entre ambos. Lo que pasa es que hay una diferencia entre promover los diferentes niveles de arte y de entretenimiento. Me explico, hay arte que no deja de ser arte por ser «básico» o «light», al igual que hay entretenimiento que no deja de ser entretenimiento por ser elaborado, profundo, complejo. De hecho, hay casos en los que el arte y el entretenimiento van muy de la mano y en ese sentido también es muy similar la promoción. Hay peligro en asociar el «entretenimiento» con eso de «pan y circo» pues entonces aparece Cirque Du Soleil y nos toca pensar dos veces. 

¿Cómo pones en orden el tema de ego en las relaciones grupales dentro de los proyectos que has abordado?

En el mundo del arte y el entretenimiento el ego es un elemento fundamental de trabajo en cada quién. Sin embargo, creo que los problemas de ego son consecuencia de la inseguridad. Es un problema que ataco de inmediato. Hago lo mejor de mí por asegurar constantemente al equipo de trabajo que el beneficio de todos es la base de nuestras relaciones. Si alguien se siente amenazado por las actitudes o pensamientos de otro, pues lógicamente va a haber un conflicto. Lo esencial es discutirlo a la brevedad y garantizar a esas dos personas que uno va a velar siempre por el beneficio de ambas.

¿Por qué se apuesta tanto por el teatro light hoy día? ¿Cómo seleccionas las obras y repertorios?

Se ha perdido en gran parte el concepto de teatro como creación de arte, experimento, como simple disfrute. Lamentablemente la última década ha estado impregnada del miedo al fracaso y a no ganar dinero. Internet y los medios de comunicación nos han llenado tanto de miedo y violencia que el teatro light se convierte en una respuesta tan natural como la sátira o la burla. Intentamos desprendernos del miedo a la taquilla. Generalmente cuando leemos una pieza, no se nos va de la cabeza y encima le ponemos cara a los personajes, ya sabemos que la produciremos.  

Hay gente que achaca el éxito de ciertas obras o artistas a sus managers y productores. ¿Crees que es definitiva la influencia de estos o que el verdadero talento emerge siempre?

La influencia es definitiva. Uno como productor tiene la tarea de proyectar ese producto final, todas sus posibilidades y obstáculos. Por supuesto que existen muchos casos en los cuales el verdadero talento aflora sin importar las circunstancias. Pero tener talento no quiere decir tener la voluntad, la disciplina ni la visión. No hay una relación constante y absoluta entre el verdadero talento y el éxito. El productor siempre se convierte necesariamente en el fan número 1 del artista.  

¿Mozart y Picasso necesitaban un productor?

¡Absolutamente! ¿Qué papel crees que tuvieron personajes como el arzobispo Jerónimo deColloredo-Mannsfeld y Gertrude Stein en las vidas de Mozart y Picasso? Las características de los mecenas de arte a través de la historia han sido increíblemente similares a las de los productores artísticos: conseguir dinero para que el artista cree, conseguir oportunidades importantes de crecimiento y exposición. Ambos fueron artistas que disfrutaron en su momento de un inmenso apoyo por parte de influyentes personajes que sin lugar a dudas impactaron en la trascendencia de su trabajo. 

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