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Los hispanos en Hollywood (II): El charro que no cantaba viaja a Hollywood

Uno de los más grandes actores del cine latinoamericano fue Pedro Armendáriz. Junto a Pedro Infante y Jorge Negrete, conformaba la Santísima Trinidad del cine mexicano y eran ellos quienes garantizaban una taquilla digna de las películas más importantes de la época. Por ello, sus nombres aparecieron en las marquesinas de más de la mitad de las películas de los 40 y los 50. De todos ellos, fue Armendáriz quien más se preocupó por la actuación y quien dio las representaciones más profundas y dignas de recordar de ese momento que se llama la época de oro del cine mexicano. El personaje que más recuerdo es el del General José Juan Reyes en esa maravillosa pieza llamada Enamorada dirigida por Emilio “El Indio” Fernández en 1946 y en la que Beatriz Peñafiel (María Félix ) le da al General Reyes la mejor cachetada que he visto en ninguna película.

A veces pienso que la razón por la que Armendáriz se avocó tanto a su arte era la conciencia que tenía de un handicap terrible si consideramos que para el momento en el que Armendáriz desarrolló su carrera la casi totalidad de las películas mexicanas eran un género mixto entre drama y musical: Armendáriz no cantaba. A diferencia de Infante y Negrete, quienes destacaban por sus voces angelicales, Armendáriz por lo visto no podía cantar. Aún así logró escalar a la cima más alta de su profesión hasta el punto  de que en el año 1946 protagonizó María Candelaria (Emilio Fernández, 1943) y que lo catapultaría a la fama gracias a la Palma de Oro que el film ganaría ese año en Cannes. Fue así como John Ford, el más importante de todos los directores norteamericanos del momento, se interesó en él.

La primera película de Armendáriz en Hollywood fue The Fugitive (1947) en la que también trabajó su paisana Dolores del Río, seguida de Fort Apache (1948) y 3 Godfathers (1948), todas ellas dirigidas por Ford y las dos últimas protagonizadas nada más y nada menos que por John Wayne. El hecho de compartir pantalla con el más grande actor del momento, The Duke, nos deja claro que Armendáriz entró a Hollywood por la puerta grande.  Además de westerns, Armendáriz trabajó también en películas históricas como Diane (David Miller, 1956) en la que interpretó al Rey de Francia, o The Conqueror (Dick Powell, 1956).

A partir de ese momento era usual ver a Armendáriz compartiendo el rol protagónico en películas del oeste (westerns). Hacia el final de su vida, ya aquejado por el cáncer, representaría el papel de Kerim Bey en lo que sería el último su última película: From Russia With Love (Terence Young, 1963). El 18 de junio de 1963 Armendáriz tomó un arma de fuego y se dio un tiro en el pecho mientras estaba internado en el UCLA Medical Center de la ciudad de Los Angeles. Hoy está enterrado en la ciudad de México y su recuerdo está grabado en los corazones de quienes hemos tenido la suerte de ser testigos del arte de un hombre que se destacó como pocos en la actuación.

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