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George Harris

George Harris: “Con el humor tú puedes acercar a la gente a lo mejor de sí mismo”

MIAMI: Un viaje que empezó en España, en un bar que se llama “Leka leka” que significa “rico rico” en español. Después de ese día no volvió a mirar atrás y así, desde entonces, ha estado forjando su carrera incansablemente. Les hablo del talentoso y queridísimo George Harris. Alguien que se ha obsesionado por recordarnos lo maravillosos que somos los venezolanos, que siempre nos resalta de donde venimos, en fin, alguien que mediante la risa nos enfoca para que en medio del caos reafirmemos lo que nos caracteriza: que somos personas alegres, felices y cálidas.

Su talento, su carisma, su sello inconfundible. Un hombre capaz de procesar la realidad y expulsarla con un toque de humor. Todo lo que dice da risa pero al mismo tiempo nos invita a la reflexión. Un hombre pícaro y pintoresco, que se dedica a propagar los rasgos distintivos del venezolano, la noticia risueña de nuestra personalidad. Su trabajo es básicamente infundir gozo y alegría. Un humorista folklórico, que se ha dedicado a resaltar Venezuela, y todas las cosas hermosas que ella implica. Sus presentaciones tienen un tema central: la idiosincrasia venezolana. Enaltece nuestras tradiciones, nuestra cultura. Nos invita a reírnos de nosotros mismos. George Harris siempre está ahí, en la televisión, en YouTube, en la radio. Siempre nos acompaña en los buenos y malos momentos.

La huella de su talento ha quedado marcada en la historia de los stand up comedy en Venezuela. Irrepetible, versátil y único. Una persona que nos cuenta inolvidables historias de nuestra niñez. Que nos brinda la contraseña para reencontrarnos con lo más profundo de nuestra alma. Trabaja con rigor, perseverancia y profesionalismo. Su éxito se lo ha ganado con constancia y disciplina.
En un principio, quería dedicarse a la actuación, hasta que descubrió su gran pasión: el humor. Y menos mal, porque no imaginamos este mundo sin el show de los jueves en la noche, sin las frases típicas de “hueles a cuero”, el cuento de la chola, su constante “te quiero”, los cuentos de las madres venezolanas y esas risas que tanto le agradecemos.

George Harris tiene una chispa encendida constantemente. El humor es su manera de comunicarse. Cuando le pedí hacerle una entrevista me dijo “vamos a echarle candela a ese bistec”, no lo puede evitar, su talento es hacer reír a la gente, y su satisfacción es el éxito de lograrlo con una naturalidad increíble. Luego cuando le pregunté ¿cómo empezaste a ser comediante? Me respondió “¿Te echo el cuento desde cero? Como decimos nosotros, cuéntame desde aló”. Y así, entre risas y alegría comenzó esta hermosa entrevista.

Él es periodista, egresado de la UCV. Pero siempre había querido dedicarse a la actuación. Al culminar sus estudios de comunicación social empezó a trabajar en RCTV, hasta el día del paro en Venezuela, fecha en la cual decidió irse al exterior. Se fue a vivir a España a estudiar en unas academias de actuación “yo quería actuar en una novela, en una película de llanto, quería ser un chico Almodóvar, algo complicado, una cosa densa, una actuación profunda desde el alma”.

Pero sus amigos veían ese talento latente, esperando para ser revelado, y es por ello, que le aconsejaron hacer monólogos “yo eso lo veía, pero me preguntaba ¿qué voy a decir?” y los amigos le respondían “George Harris tus cuentos: de la universidad, de la novela venezolana, de tu mamá, de tu casa.” Un día decidió emprender esta aventura, con el susto de lo desconocido, no tenía idea del éxito rotundo que le deparaba el destino. “Me fui a un bar de un amigo venezolano allá en Madrid, entonces me dijo: “súbete, que lo peor que puede pasar es que te bajen” y dije: “es verdad, a mi nadie me conoce aquí, a cuenta de qué, ni que yo fuera famoso ¿qué me puede pasar? ¿Que me tiren una cosa?, a mi nadie me va a tirar nada, esto es un sitio europeo de primer mundo, lo peor que puede pasar es que te digan: ¡bájate! Y te bajas, y ya, buenas noches, chao , gracias”, y la verdad es que no fue así, fue súper chévere”.

Su primer show consistió en la gran interrogante de aquel momento “el por qué un venezolano decidía irse a España, era esa la gran pregunta que hacían cuando uno llegaba allá, te decían: “oye tío, pero ¿por qué te has venido para acá? Que aquí está terrible, que la economía está horrible, que ustedes tienen mujeres bellas, guapas, que el petróleo, que tienen dinero” (contaba George Harris imitando el acento español), entonces les decía: “pásate 15 días en Macuto para que veas, y entonces vamos a empezar a comparar si te quedas en Macuto o te quedas en Madrid”.

El público le agradeció tanto esas risas y ese momento de felicidad, que él decidió adentrarse al mundo del humor realizando más monólogos. Luego se regresó a Venezuela y empezó en el show “Micrófono abierto” “con ese show me di a conocer, y a un montón de gente, que estaban alrededor y que querían hacer lo mismo: que era montarse en una tarima y contar sus historias. No había manera en Venezuela de poder hacerlo, porque si no eras famoso no te dejaban montarte en ningún escenario”.

¿En esa época no estaban en auge los stand up comedy, como ahora en Venezuela?

No, nada que ver. En esa época no estaba el teatro en su auge, habían algunas obras importantes, pero tampoco era el auge de ahora. Entonces, empiezo con “Micrófono abierto”, la cosa se pone súper chévere, empiezo a girar por Venezuela y la cosa del humor se pone como súper importante y después me vine para acá (Miami) e hice lo mismo que ya había hecho allá, que era buscar un lugar, y empezar a hacer mi show. Este consistía en contar mis historias. Yo creo que lo que es exitoso en el show, es que la gente se identifica porque todos vivimos lo mismo, de alguna u otra manera, en este momento muy especial que ha tocado a los venezolanos – la migración- y que argentinos, peruanos, chilenos, ecuatorianos vivieron hace mucho tiempo atrás. Nosotros simplemente somos la cola de lo que hicieron otros en Latinoamérica, emigrar, por la mala situación, por los problemas políticos. Es por eso que, cuando hablo de lo que nos está pasando a nosotros, muchísima gente se identifica. Yo acabo de venir de Washington DC y en el público habían bolivianos, ecuatorianos, centroamericanos, y me decían: “yo no soy venezolano, pero  también me identifico con todo lo que dices porque nosotros también pasamos por ahí”. Para mí es algo muy emocionante, así como lo es toda la gente venezolana que se acerca con un corazón gigantesco, y que me dicen: “me haces recordar lo mejor de mí”, es lo más grande que alguien te pueda decir, que con el humor tú puedes acercar a la gente a lo mejor de sí mismo, o a lo mejor de lo que haya vivido. Yo intento, cada vez que hago un show, poder transmitir al público lo mejor que somos nosotros, no me gusta el humor despectivo, ni sacar nuestras peores cosas, yo creo que nosotros tenemos cosas buenas y malas, todas muy risibles, pero que hablan maravillas de nosotros, de quienes somos, ¡nosotros somos lo máximo! Y yo siempre lo digo, y lo tengo ahorita muy a flor de piel, porque acabo de llegar de hacer un show grande en Washington, allí me encontré con venezolanos que tienen 40 años viviendo en el exterior, y uno les pregunta “mi alma ¿por qué te viniste hace 40 años?, si hace 40 años el país estaba nené”, entonces te dicen: “yo empecé mi carrera diplomática y me vine para acá”, y se quedaron, y me dicen: “tengo 40 años acá, no te conocía, y me has hecho conectarme con mi niñez, con quien soy yo, con mi núcleo”. Gente que habla inglés perfecto, que están súper integrados en la comunidad americana, que saben perfectamente todo lo que está pasando en la política del mundo, que no están aferrados ni a globovision, ni a problemas diarios del país, sino que están en otra cosa, me dicen: “yo me identifiqué como si hubiera salido ayer de Venezuela”, y eso es lo que intento, que la gente se conecte, con lo mejor de sí, y con lo mejor de nuestro país, creo que eso es lo que más me gusta hacer.

¿Cómo hiciste en febrero para realizar un show de humor cuando Venezuela estaba pasando por una situación tan delicada? No debe ser fácil hacer reír a las personas en esas circunstancias.

Es duro, porque a uno le afecta lo que pasa, a uno le hiere todo lo que ocurre. Subirse a un escenario en esa situación es muy complicado. Yo siempre intento que la gente cuando se sienta en la butaca y empieza el show se desconecte de afuera y conecte con adentro, con lo profundo. En lo profundo también está el dolor, también está la sensación de inseguridad, la sensación de no saber qué va a pasar, también está la rabia, pero trato de conectarme con lo de adentro, porque cuando quitamos el ruido de afuera podemos cristalizar más lo que tenemos interiormente, es muy duro hacer algo de comedia con una situación así y me ha tocado muchas veces. Yo me presentaba los lunes en Venezuela, y los lunes después de las elecciones había señoras arropadas con una manta, yo decía “señora usted está a punto de irse, vamos a despedir en cadena de oración”, y cuando sentía que la gente se estaba riendo después de semejante trancazo que nos habían dado el día anterior, me decía “dios mío, esto es obra tuya”. Sientes que es una conexión divina, y suena súper cliché pero es verdad, que una señora se ría tras perder unas elecciones y con el corazón destrozado, no tiene precio. Yo he tenido gente que me ha escrito “se me murió un hijo y tengo 3 meses llorando, eres la única persona que me ha hecho reír en 3 meses”, eso se agradece mucho y yo me siento bendecido de que eso pase, que la gente se conecte de esa manera, yo estoy ahí, no importa cual momento sea, yo voy a estar ahí, y el día del juicio final, cuando vengan los 4 jinetes, yo estaré montado en el escenario haciendo que la gente se ría y que todos conectemos con lo mejor que tenemos.

¿Tienes alguna rutina antes de salir del escenario?

Si , yo rezo un padre nuestro, y tomo whiskey (risas). Hago una oración antes de subirme al escenario y pido que vaya bien.

¿Utilizas el humor como herramienta de seducción?

¡Claro! La risa te destapa todo, hay gente que le da por la comida y entonces endulza el estómago. Yo creo que cuando tú haces reír a alguien le endulzas el corazón, y endulzas el alma. Además la risa es como una droga buena, es como el chocolate, un poquito y luego quiero más y sobre todo cuando viene en cápsulas entonces siempre quiero más. La risa es una energía que va muy arriba y en positivo.

¿Proyectos que tengas a futuro?

Hay un proyecto de radio que puede venir por ahí a nivel nacional en Estados Unidos, súper chévere. Con Camila Canabal, que es como mi hermana, vamos a sacar unas conversaciones que las va a colocar ella en su página web, y yo en la mía, conversaciones muy naturales entre amigos, ya grabamos algo. Estoy ahora con el gato en las mañanas, los martes. También está el programa de TV Venezuela y viene una gira, siempre estoy de gira, pero ahora me voy a Memphis, Panamá, Orlando, Atlanta. Yo siempre les aviso a través de mis redes sociales @ElGeorgeHarris en Twitter, Instagram y Facebook.

Definitivamente, George Harris parece haber conseguido la receta para convertir la realidad cotidiana en un signo de perspicacia, inteligencia y agudeza. Todo lo que hace va marcado con su impronta de ingenio y humor. Una persona que nos regala constantemente el elixir de la risa. Nos proporciona las coordenadas para conectarnos con nuestro interior. Capaz de dar un show a la altura del exquisito humor de los venezolanos. Audaz, jocoso y ocurrente. La importancia de su actuación radica en las ganas de crear e informar a través del humor. Un show que nos acompaña todas las semanas para ingerir el sabor amargo de la cotidianidad. Unas horas de catarsis.

Por eso y mucho más, George Harris, te agradecemos, y te queremos.

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